Montse Tomé, consciente del lastre que tenía en el centro del campo, encontró una alternativa de lujo para que España mantuviera el equilibrio y no tuviera dificultades a la hora de sacar el esférico desde atrás. Y si por algo se caracteriza Laia Aleixandri es precisamente por todo esto: seguridad defensiva, buen toque, despliegue físico... Todos estos son requisitos indispensables de cara a actuar como ancla, unos metros por delante de la zaga.
En tiempos pretéritos, antes de que la selección femenina conquistara el torneo con sede en Australia y Nueva Zelanda, dicho puesto era propiedad de Patri Guijarro. La balear, que era esencial para Jorge Vilda, lleva desde julio de 2022 sin defender los colores de la Roja y, al menos por ahora, no parece que ese momento esté cerca. Su trascendencia en el Barcelona también es mayúscula: es más, anotó un doblete en la final de la Liga de Campeones (3-2 al Wolfsburgo).
Parecía que iba a ser muy complicado dar con un recambio de nivel, pero entonces apareció la figura de Tere Abelleira, quien brilló con luz propia en Oceanía. Su rendimiento sorprendió a propios y a extraños porque superó con creces sus actuaciones anteriores en el Real Madrid. De hecho, anotó un auténtico golazo ante Zambia en la fase de grupos -desde el verano, se ha desatado como asistente en los compromisos internacionales-.
Galones con Tomé
La ausencia de la gallega, que llegó a la concentración entre algodones, se presentaba como un importante problema. Y es en este contexto de pura necesidad en el que ha emergido Aleixandri, quien suele actuar en la defensa -incluso como lateral-. Gracias a su imponente físico, ha sido capaz de abarcar mucho campo y, además, apenas ha perdido balones. Con un perfil opuesto al de Guijarro y Abelleira, la entrenadora asturiana puede estar de lo más tranquila.
Según las notas de la Inteligencia Artificial de Flashscore, Laia estuvo de notable ante Países Bajos (7/10) y de bien alto en el duelo de este miércoles (6.8). Este último registro hubiese aumentado si Eva Navarro hubiera podido aprovechar un pase sublime de la jugadora del Manchester City (la intuición de Peyraud-Magnin frustró el potencial remate). Ona Batlle, autora del definitivo 3-0 el viernes, y Mariona Caldentey, quien se encargó de encarrilar el triunfo contra las galas, son las más valoradas.