El Barcelona venció al Movistar Inter (2-5) y Jaén Paraíso Interior hizo lo propio frente a Palma Futsal (1-0). Ambos se habían llevado el encuentro inaugural de la serie y estaban en disposición de sellar el billete para la gran final este mismo miércoles, y no han esperado más de la cuenta. Desde luego que no lo tenían sencillo porque enfrente había dos miuras, pero ninguno ha sido capaz de forzar el tercer partido.
La gran curiosidad de esta edición 2022/23 es que todas las eliminatorias se han resuelto por la vía rápida. Noia, ElPozo Murcia, Viña Albali Valdepeñas y Jimbee Cartagena dijeron adiós a cualquier posibilidad de conquistar el título liguero tras sufrir la segunda derrota. El último de los citados fue el único de los perdedores que había quedado por encima en la clasificación.
Barça y Jaén se verán las caras a partir del 16 o 17 de junio. La mala noticia para ambos es que estarán obligados a conseguir el triunfo para poder participar dentro de unos meses en la Champions. Si Palma estuviera entre los dos aspirantes, su rival gozaría de una plaza asegurada. Como el vigente campeón tiene reservado su sitio, queda otro a repartir entre el que alcance la gloria.
Con tesón y sudor
Nadie dijo que fuese a ser fácil, aunque tener el factor cancha siempre es un comodín muy preciado. Raúl Gómez levantó a los aficionados con su tempranero gol, allá por el tercer minuto de juego, y Antonio Pérez tardó poco en igualar la contienda (6'). En una primera mitad con cuatro tarjetas amarillas, ambos equipos lo fiaron todo a lo que ocurriera después del descanso.
No hubo ningún cambio en lo que a castigos disciplinarios se refiere -otras cuatro amonestaciones-, pero sí en el electrónico. André Coelho le dio forma a la remontada, Rafael Nogueira Fits la frustró por momentos con un empate muy precoz y tanto Jean Pierre Pito como Adolfo Fernández resolvieron a favor de los azulgranas, este último en el 40'.
Un 1-0 poco habitual
En un partido de fútbol sala es raro que no se pase de los cuatro o cinco goles, siendo poco ambiciosos, pero extraña algo menos cuando hay duelos tan equilibrados y con un botín en el horizonte más que valioso. Y lo más llamativo de todo es que ningún jugador visitante vio portería, sino que lo hizo Francisco Tomaz a modo de autogol -con participación directa, eso sí de Alan Brandi-.
La fortuna no estuvo del lado de los insulares, castigados por una acción rocambolesca que rompió la igualdad en el marcador. Mucho influyó también Carlos Espíndola, el meta contrario, capaz de hacer intervenciones decisivas para dejar su casillero a cero. Destaca, entre otras, una a Eloy Rojas en el tramo final, cuando el rey de Europa buscaba el empate a la desesperada.