Las jugadoras que representaron a la Roja en el Mundial de Canadá decidieron alzar la voz para señalar de forma directa las actitudes machistas, las faltas de respeto y el escaso profesionalismo por parte de Ignacio Quereda, quien estuvo en el cargo durante cerca de tres décadas. Su buena relación con José María Villar le hizo tener una gran inmunidad. Ni siquiera los flojos resultados y la escasez de éxitos impidieron que el madrileño perdiera su puesto... hasta que las futbolistas enviaron una carta a la Real Federación Española de Fútbol para exigir su destitución, momento en el cual Jorge Vilda dio el salto.
El hasta entonces líder de la sub-19 llegó con la idea de hacer evolucionar a un plantel que, no mucho después, iba a tener un buen puñado de aspirantes a la Champions. Llegaron antes las grandes victorias en las categorías inferiores que en la absoluta, pero los pasos hacia adelante llegaron de igual modo. Claro que con Alexia Putellas -dos veces Balón de Oro- o Aitana Bonmatí -recientemente galardonada como Mejor Jugadora del Año por la UEFA- todo es más fácil.
Hay una fecha clave en esta larga cronología, que acaba este martes 5 de septiembre con su destitución, y no es otra que septiembre de 2022, cuando 15 internacionales enviaron un correo electrónico a la RFEF para anunciar que renunciaban a ser llamadas de forma provisional. El texto carecía de menciones explícitas y hacía referencia "a los últimos acontecimientos acaecidos" y a "la situación generada", aunque sin mayores explicaciones.
La cercanía entre Luis Rubiales (ahora suspendido de sus funciones por la FIFA) y el entrenador provocó que no hubiera cambios importantes. Ellas se quedaron fuera de las concentraciones y, poco antes de que arrancara el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, varias comunicaron que volvían a estar disponibles. Aparentemente se acercaron posturas entre ambos bandos, aunque todo ello condicionado por la cercanía de un evento tan importante en lo deportivo y en lo económico.
De campeón a despedido
Aunque se vio muy superado tácticamente en el cierre de la fase de grupos ante Japón (4-0), demostró valentía y personalidad con algunas decisiones que cambiaron el rumbo del equipo: desde el rol que le dio a Salma Paralluelo en algunos partidos (tanto por el momento en el que la sacó al campo como por su posición) hasta la entrada de la joven Cata Coll por Misa Rodríguez o la gestión de los minutos con Alexia Putellas. Costa Rica (3-0), Zambia (5-0), Suiza (1-5), Países Bajos (2-1), Suecia (2-1) e Inglaterra (1-0) fueron las víctimas del combinado nacional.
No es frecuente que una persona que ha triunfado en una competición tan importante no continúe en su cargo, pero es que nada ha sido normal en esta tormentosa historia. El beso no consentido del mandatario motrileño a Jenni Hermoso precipitó los acontecimientos. Vilda recibió una suculenta oferta de renovación por parte del propio Rubiales (dos millones de euros repartidos en cuatro temporadas) durante la Asamblea General Extraordinaria y este le mostró su apoyo, vía aplausos, al que había sido su gran valedor en los últimos meses. Más tarde, se desmarcó de ese incendiario y vehemente discurso.
Con todavía un año de contrato por delante, lo que obligaba a pagar la cantidad correspondiente si no había un acuerdo entre las partes, Jorge se quedaba prácticamente sin apoyos en el seno de la institución que rige el fútbol español: todas las campeonas en Oceanía -y otras 48 compañeras más- sacaron un comunicado conjunto para anunciar que dejaban de ir a la selección y buena parte del cuerpo técnico presentaba su dimisión. Su posterior cambio de rumbo fue insuficiente para convencer a Pedro Rocha y a la opinión pública en una situación que difícilmente era sostenible tras todo lo sucedido.