Un año con dos grandes revoluciones: la selección femenina de fútbol, un polvorín

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De la rebelión de 'las 15' al escándalo de Rubiales en menos de un año
Una aparente unión que está rota.
Una aparente unión que está rota.DAVID GRAY / AFP
La Roja, golpeada por el caso del beso no consentido a Jennifer Hermoso, ya fue sacudida hace un año por la renuncia de una gran parte de la selección debido a sus diferencias con Jorge Vilda, cercano al jefe de la Real Federación Española de Fútbol, cuya salida parece inminente.

La tarde del 22 de septiembre de 2022, un comunicado de la RFEF anunció que quince jugadoras no querían seguir vistiendo la camiseta de la Roja mientras siguiera el todavía seleccionador al frente el equipo, ya que se estaban produciendo "situaciones" que afectaban a su "estado emocional y personal" y, también, a su "rendimiento".

En la prensa, el entorno de algunas jugadoras denunció métodos considerados "dictatoriales" y ataques a su intimidad por parte del madrileño, que las obligaba, por ejemplo, a dejar abiertas las puertas de sus habitaciones durante las concentraciones, apareciendo en ocasiones para conversar por la noche.

Algunas, incluso, fingían dormir para evitarlo. Otras contaron que Vilda llegaba a revisarles las maletas o exigir saber con quién iban a tomar un café.

ÓSCAR DEL POZO / AFP

En el plano deportivo, criticaban lo poco exigentes que eran unos entrenamientos que, a su juicio, no se correspondían con un nivel profesional.

La RFEF subió el tono y dijo que no permitiría que las jugadoras cuestionaran "la continuidad" del cuerpo técnico, y le dio un espaldarazo al seleccionador, quien ahora parece estar a punto de salir por su proximidad con Rubiales, suspendido de su cargo.

Una cercanía que evidenció el propio dirigente el viernes pasado, cuando anunció por sorpresa, en un discurso en el que rechazó dimitir, que prorrogaría el contrato de Vilda y aumentaría su sueldo a medio millón de euros al año.

"Malestar general"

Unos días antes de la rebelión de 2022, Jennifer Hermoso, la jugadora que fue besada por Rubiales durante las celebraciones del triunfo de la Roja en el Mundial, había convocado una rueda de prensa para denunciar el "malestar general" dentro del equipo con Vilda.

La del Pachuca, que no formó parte del grupo de las quince, dio luego su apoyo en redes sociales a la revuelta de sus compañeras, al igual que lo hizo la capitana y Balón de Oro Alexia Putellas.

Respaldado por Rubiales, Vilda convocó a un equipo sin esas 15 jugadoras para los partidos de preparación rumbo al Mundial de 2023.

Rubiales estaba feliz... porque no sabía lo que se le venía encima.
Rubiales estaba feliz... porque no sabía lo que se le venía encima.FRANCK FIFE / AFP

Pero a medida que se acercaba el torneo (del 20 de julio al 20 de agosto), las quince, conscientes de lo que representaba la cita para sus carreras, contactaron con la federación para, muchas de ellas, hacer saber que podían volver a vestir la camiseta.

Tres de ellas (Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey y Ona Batlle) fueron finalmente convocadas.

Aitana, centrocampista del FC Barcelona, lució como la MVP del torneo.

A partir de la rebelión, la situación ha mejorado para las jugadoras de la Roja, según la prensa, ya que ahora cuentan con un nutricionista, un fisioterapeuta, sesiones preparativas con informes sobre los equipos contrarios y mejores condiciones de viaje con sus familias.

Y, además, "se acabó la obligatoriedad de dejar la puerta de la habitación abierta por si Vilda quería pasarse a saludar", señaló el miércoles el diario El País.