En la mesa de Pucela se sentaron un hambriento y un empachado. Uno pidió solomillo de salvación para cenar y el otro sólo quería postre para adornar un festín ya consumado. Ronaldo y Laporta siempre han tenido buen apetito.
El fútbol tiene sus misterios. A veces no marcas un gol en dos días por mucho que lo intentes y otras llega casi sin buscarlo. Eso le ocurrió al Valladolid. En el minuto 1 un centro de Darwin Machis que buscaba la cabeza de Larin encontró la de Christensen, que le marcó un soberano gol a su compañero Ter Stegen, batido por fuego amigo. El récord de porterías a cero tendrá que esperar.
El Barça se sacudía el dominio local como podía. En el minuto 13 un quiebro de Raphinha ante Javi Sánchez le permitió rematar con la zurda y Masip sacó una mano prodigiosa para evitar el empate. Pezzolano tuvo que sacar al chaval Torres para sustituir al lesionado Joaquín. Un canterano para frenar a Raphinha y Lewandowski. Un novillero toreando en Las Ventas ante toros bravos.
Una mala salida de Ter Stegen y una torpeza de Eric García ante Gonzalo Plata acabaron en penalti. Larin no titubeó ante el muro alemán y dio un poco más de oxígeno a su equipo. Era el octavo gol para un canadiense al que pocos conocían cuando llegó y que ha ido convirtiéndose en pieza vital del equipo que apostó por él.
Un arreón de los culés con dos grandes ocasiones consecutivas, de Raphinha y Christensen, encontró a un Masip que se puso la capa de superhéroe. El campeón, nobleza obliga, comenzó a tomar las riendas del partido y el Valladolid tuvo claro su papel: aguantar, recuperar y correr.
En el descanso, Xavi, en una decisión sorprendente, dejó fuera a Ter Stegen, para proteger su trofeo Zamora, y salió en su lugar Iñaki Peña. No mandaba un mensaje optimista el técnico culé a su equipo de cara a la segunda parte. El Barça salió con ganas pero Pucela alentaba a los suyos, que contragolpeaban con peligro.
Un centro envenenado de Gonzalo Plata en el minuto 59 se estrelló en el palo derecho de la portería de Peña. El Barça hacía aguas en defensa. En el 72, un Valladolid crecido y desatado, marcaba el tercero tras una contra culminada por Gonzalo Plata. El árbitro anuló el gol por fuera de juego pero el VAR le rectificó. Eric García, en una noche negra para él, habilitó a Larin, que fue quien arrancó la jugada. Partido sentenciado. Lucas Rosa, formidable lateral derecho, pudo culminar la fiesta con el cuarto pero el poste no le dio ese placer.
Quien sí aseguró, o casi, el Pichichi, fue Lewandowski. Un pase magistral de Frenkie De Jong le dejó solo ante Masip. El polaco lo regateó y casi sin ángulo definió a la perfección para maquillar un resultado doloroso para el prestigio culé, por mucho que el título ya esté en sus vitrinas.
El equipo de Pezzolano saca la cabeza del pozo y se queda tres puntos por delante de la zona cero. Le queda visitar al Almería y recibir al Getafe en una última jornada que será festiva para unos y dramática para otros.
Jugador Flashscore: Gonzalo Plata