Si un terremoto ha sacudido las oficinas del París Saint-Germain y se ha dejado notar en Doha, la capital de Catar, una tensa calma se ha instalado entre Valdebebas y el Santiago Bernabéu. No se esperaba este movimiento del crack galo en estos momentos. Lo que no quiere decir que no haya un ruta trazada para abordar otra vez su fichaje.
"Sí, pero no este año", se atrevió Florentino Pérez a decirle a un aficionado que le preguntó hace unos días por si intentarían la contratación de Mbappé. El plan no ha cambiado a pesar de la segunda negativa, la más dolorosa por inesperada, del parisino al Real Madrid el pasado verano. Es un futbolista diferencial, un futuro Balón de Oro, y no se puede obviar aunque dejase una profunda herida en el madridismo.
Lo único que variará respecto a la intención del club merengue es la fecha. Los esfuerzos para ficharlo se aguardaban para 2024. Para este año la inversión era la de Bellingham. Pero ahora todo hace indicar que estará en el mercado, que el PSG no va a aguantar más 'caprichos' que puedan enturbiar el ambiente del vestuario.
Que Mbappé dé el primer paso
Eso sí, en el Real Madrid no van a dar el primer paso ni van a hacer una propuesta. Las relaciones con el PSG y entre presidentes están rotas. Aguardarán que Mbappé y el club acuerden los siguientes pasos. Saben que, en caso de que finalmente Kylian sea transferible, el entorno del jugador buscará un acercamiento. Sólo entonces es cuando reactivarán la maquinaria.
No quieren vivir algo similar a lo de los dos últimos años. En 2021, con un año para la finalización de su contrato, ofreció 170 millones de euros a pocos días del cierre del mercado estival. Fue rechazada. En 2022, había un acuerdo verbal, pero la presión social y política le pudo al delantero, que se echó atrás cuando todo estaba preparado con fecha y hora para su presentación.
Si Mbappé quiere jugar en el Madrid tendrá que ser él quien dé el primer paso. Florentino Pérez no está dispuesto a que la entidad sea nuevamente utilizada. Y, por supuesto, todo debería ser por escrito, que las palabras se las lleva el viento.