Un año más para el Balón de Oro, hasta junio de 2024, con un delantero veterano de otro perfil distinto -como Joselu o Firmino- que aceptara un rol secundario, y un joven con un enorme potencial -como Álvaro Rodríguez- que actuase como tercer punta. Esa era la idea que tenían los responsables deportivos del Real Madrid para la próxima campaña.
Por un lado, no se comprometía la titularidad ni el estatus de Benzema, al tiempo que se aseguraba una transición suave de cara a la 24/25, cuando se supone que Haaland, también Mbappé, se podrían poner a tiro.
Pero la oferta de 200 millones por temporada durante dos años que ha llegado a Karim desde Arabia Saudí ha hecho temblar los fuertes cimientos del Bernabéu. Porque si el francés, que aún no ha firmado su continuidad, se va, habría que modificar toda la estrategia.
Dos traspasos de más de 100 millones
Obligaría a acudir al mercado a por un 9 estelar, de garantías máximas. Además de no haber tanto donde elegir, el inconveniente es que su contratación, ligada a un traspaso cienmillonario, no podría ser sólo para un curso. Sería el caso de Harry Kane (29). Contratar al capitán de la selección inglesa, si el Tottenham lo aceptase, cerraría las puertas para Haaland.
Y ojo, que la caja del Real Madrid se resentiría porque el fichaje de Bellingham está más que encauzado y no bajaría de los 100 millones de euros, salario aparte.
Habrá que ver si Benzema valora más jugar una campaña más en la élite o prefiere ya un retiro dorado donde le colmarán de más millones de los que pudiera haber soñado para su final de carrera. Su decisión condicionará la configuración del ataque de los de Ancelotti.