Todos los caminos conducen al noruego. Enfrascados en el culebrón Mbappé, en el Real Madrid no se lanzaron en serio a por Haaland por si al francés le daba por echarse atrás. Al final, se quedaron sin el uno y sin el otro, aunque a sabiendas de que en el verano de 2024 ambos podrían volver a ponerse a tiro. En teoría, claro.
Pero mientras llega esa fecha, la planificación debe seguir su curso, como la naturaleza. Ahí es donde entra el debate que se mantiene en el seno del club blanco. Porque Benzema cada vez tiene más problemas físicos, especialmente de fatiga muscular. Esta temporada, por ejemplo, sólo ha intervenido en 21 partidos de Liga de los 32 disputados (33 contando el de la noche del martes).
Su rendimiento sigue siendo excelso -ha anotado 17 goles en esos encuentros-, pero se ha notado mucho su ausencia ante la falta de un 9 de garantías en la plantilla. Lo que ha ocurrido en el 34 % de las jornadas.
Fichar o cantera
Ya dijo Ancelotti el lunes que "el proyecto de futuro es fichar un 9". La cuestión es que tendría que aceptar el rol de suplente de Benzema porque cuando el francés estuviera sano sería él quien jugase. El problema sería también que cerraría las puertas a Álvaro Rodríguez, quien quedaría como tercer delantero. Un rol en el que, por ejemplo, Mariano, apenas ha rascado bola en los últimos años. Y lo que necesita el hispanouruguayo es jugar con asiduidad.
Cabe la opción, como está ocurriendo ahora, de centrar la posición de Rodrygo, la solución más económica por no tener que acudir al mercado y la que permitiría dar algunos partidos a Álvaro cuando el brasileño actuase por banda.
En todo caso, está claro que el Real Madrid ha de mover ficha en un sentido o en otro porque Benzema no es eterno y su final cada vez está más cercano en el tiempo.