En la vida es imposible poner a todos de acuerdo. Pero el fútbol es un micro cosmos en el que, en relación a los arbitrajes, sí se puede. Lo podemos comprobar en LaLiga. No hay club, incluso alguno de los grandes, que no haya clamado al cielo durante esta temporada. El VAR llegó para acabar o reducir la polémica. Para lo único que ha servido es para quitarle autoridad a los colegiados que ahora son simples monigotes esperando en el campo que alguien desde una sala de vídeo le diga lo que tiene que hacer. Eso sí, monigotes muy bien pagados.
Pero la controversia continúa día sí y día también. Por muchas reuniones que se hagan desde el Comité Técnico de Árbitros (CTA) para unificar criterios, por un oído les entra y por otro les sale a los que tienen el silbato en la boca. La realidad es que, en el terreno de juego, cada uno pita lo que cree sin hacer caso de las recomendaciones. Y así va. Lo que para uno es mano, para otro no lo es. Lo que para uno es tarjeta amarilla, para otro es roja.
Todo esto no hace sino enfurecer a las masas, las de aficionados y las de jugadores, entrenadores y directivos. Y genera el perfecto caldo de cultivo para ponerlos en el pim, pam, pum y hacerlos culpables de todos los males de sus respectivos equipos.
Quejas públicas y comunicados oficiales
El último en quejarse públicamente ha sido el Espanyol. "El RCD Espanyol de Barcelona quiere mostrar su disconformidad y preocupación ante las actuaciones arbitrales recibidas a lo largo de la temporada y especialmente, ante la disparidad de criterios arbitrales en la aplicación del VAR. Entendemos que diferentes errores en el uso de la tecnología VAR han perjudicado de forma notable a nuestro equipo, algo que es más que evidente en las dos últimas jornadas". Y luego pasan a detallar algunas jugadas concretas en las que se han sentido perjudicados.
Horas antes había sido el Sevilla con otro comunicado contra el estamento arbitral. "El Sevilla FC quiere mostrar su honda preocupación y su absoluto rechazo a muchas de las decisiones arbitrales tomadas esta temporada en relación a las tarjetas amarillas y rojas recibidas por sus jugadores". Por no hablar de las rajadas de Mendilibar y Fernando al finalizar un partido que ganaban 2-0 en el minuto 89 y terminaron empatando.
No son los únicos comunicados, ha habido más a lo largo del curso 22/23. Y si no, bien están las ruedas de prensa para lanzar sospechas. Como el técnico del Rayo, Andoni Iraola, en su última visita a Mestalla. "No puedo decir lo que pienso porque, si no, me van a sancionar".
Recursos ante la justicia ordinaria
Ante lo que consideran severas injusticias, y viendo que el Comité de Apelación y el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) suelen confirmar las sanciones del Comité de Competición, que a su vez corrobora lo que los colegiados escriben en las actas de los partidos, los clubes han optado en los últimos tiempos por dirigirse a la justicia ordinaria para defenderse.
Los últimos casos, los del Betis y Cádiz, que han conseguido la suspensión cautelar de las sanciones de Sergio Canales y de Iza Carcelén, respectivamente. El primero las tuvo tiesas con Mateu Lahoz, mientras el gaditano fue expulsado por Hernández Hernández una vez finalizado un choque ante el Getafe.
No fueron, en cualquier caso, pioneros los dos clubes andaluces en esto de salirse de la justicia deportiva. Fue el Barcelona el que consiguió retrasar una sanción de tres encuentros sin jugar a Lewandowski gracias a seguir ese camino.
Más del triple de expulsiones que en la Premier
Siempre se ha dicho que la Premier es una liga más física, más dura, con más contactos. En teoría, aunque los árbitros ingleses habitualmente se hayan caracterizado por dejar jugar más, lo lógico sería que hubiese más expulsiones en Inglaterra que en España, donde la competición se supone que es más técnica. Pues no. Hasta la jornada 27 en España se habían producido 104 expulsiones. Sumando las tres que hubo entre el viernes y el sábado, ya vamos por 107. En las islas, sin embargo, no llegan ni a 30 en lo que llevamos de temporada.
Está claro que algo está pasando. Porque muchas de esas rojas no llegan por faltas graves o violentas sino por protestas o faltas de respeto para con los árbitros. Estos, de momento, callan. Tienen prohibido hacer declaraciones sobre los partidos que dirigen. Pero lo mismo, visto lo de moda que está lo de los comunicados para quejarse, que saquen ellos uno para expresas sus lamentos. Aunque para eso, claro, deberían unificar criterios. Ya...