Samu Chukwueze reúne todas las condiciones que necesita un extremo para estar entre los mejores del mundo. Es rápido, tiene descaro, regatea sin límites, sabe asistir a sus compañeros y no rehúye de la portería contraria cuando está cerca del área rival. Todas esas virtudes estaban ya en sus inicios con el primer equipo, pero desde hace meses ha dado el salto definitivo gracias a la mejora de dos aspectos fundamentales: la toma de decisiones y la consecución de la tan demandada regularidad.
El Villarreal se impuso en el Santiago Bernabéu pese a estar por debajo en el marcador hasta en dos ocasiones. Había una cuenta pendiente, la de la Copa del Rey, y los groguets se vengaron con otra remontada. Cierto es que el Real Madrid está prácticamente descartado para luchar por el título y LaLiga Santander es ahora la última de sus prioridades, lo que ni mucho menos resta mérito al cuadro dirigido por Quique Setién, ya que no faltaron Karim Benzema, Vinicius Júnior, Thibaut Courtois y compañía.
Los 13 goles y las 12 asistencias que suma en la presente campaña hablan por sí solos. Nunca antes había llegado a los dos dígitos en alguno de los apartados, aunque llevaba ya varias temporadas rondando la decena. Todavía tiene margen para seguir engordando unas estadísticas que lo colocan como el segundo máximo realizador de su equipo, sólo por detrás de José Luis Morales (15). Además, el reciente doblete le permite decir que el cuadro blanco es su víctima favorita de este curso.
Algo muy evidente es que a Chukwueze no le imponen los grandes escenarios. Más allá de este idilio con el vigente campeón de Europa, también puede presumir de haber visto portería en el campo del Bayern de Múnich, nada más y nada menos que para evitar la prórroga en los cuartos de final de la Champions tras el tanto de Robert Lewandowski, así como de haberle marcado tres al Barcelona a lo largo de su carrera, si bien ninguno sirvió para ganar -un empate y dos derrotas-.
Renovar o salir... ¿a la Premier?
Su vinculación con la entidad de La Cerámica acaba en poco más de un año, por lo que el club querrá que renueve lo más pronto posible para asegurar su continuidad, pero la decisión del propio Samu tendrá un papel trascedental en su futuro. Si quiere cambiar de aires, los groguets intentarán que lo haga durante el siguiente mercado para poder sacar una cantidad notable de dinero en concepto de traspaso; si se queda y no renueva, se marchará gratis y sin dejar nada en las arcas.
Su cláusula es de 100 millones de euros desde 2019, año en el cual recibió un férreo blindaje ante una hipotética explosión que ha llegado en 2023 tras algunos amagos, pero casi un lustro más tarde la situación es diferente. La familia Roig tiene ahora menos poder ante una posible negociación y el deseo del futbolista valdrá todavía más de lo habitual, precisamente por esa situación contractual.
Si hay un mercado potente, ese es el de la Premier, donde quienes pelean por evitar el descenso tienen un gran músculo financiero. Los clubes de Inglaterra se presentan como la principal amenaza de cara a retener a Samu durante el mayor tiempo posible, una tarea nada sencilla. No sería el primero que hace las maletas y se va al Reino Unido: Fornals fue vendido al West Ham por 27 kilos y Jackson estuvo muy cerca de marcharse al Bourneomuth, que finalmente lo frenó, por más de 20.