El tramo final de LaLiga para el Barcelona puede definirse en una oración: ni suma, ni resta. Los resultados obtenidos ante la Real Sociedad, el Valladolid y el Celta no suponen nada para el cuerpo técnico de Xavi. Los partidos eran un punto perfecto para probar a los jugadores que menos vuelo habían tenido a lo largo de la campaña.
El nivel de algunos como Kessié (26) ha cumplido con las expectativas. Otros, como Eric García (22) o Ferran (23) no han sido acertados. Independiente al nivel, Xavi, además de dar ritmo, pretendía observar el juego colectivo y, de esa manera, analizar con serenidad los requerimientos para el mercado.
"Hemos hecho una gran temporada, les puse una nota de notable. También somos conscientes de que nos tenemos que reforzar por lo que al Barça se le exige, todos los títulos y hacerlo mejor en Europa. Ser más competitivo. Necesitamos dos jugadores por posición de gran nivel. Hemos sacado mucho provecho de la plantilla de esta temporada. Hay que estar satisfechos", agregó el entrenador en la rueda de prensa post partido en Balaídos.
El pivote es, sin duda, el espacio más frágil del Barça. Busquets (35) deja huérfana una posición que ha ocupado durante más de diez años. Zubimendi (24) es el favorito del entrenador. Laporta pretende que De Jong (26) se convierta en el heredero del campeón del mundo. Gundogan (32), de fenomenal campaña con el City, aún no decide si renueva o no.
"Esta semana es definitiva para saber el escenario de lo que podemos fichar. Hay que ser justos y honestos. Debemos reforzarnos bien, sobre todo a nivel europeo. Hemos competido bien en las competiciones locales, pero es el paso definitivo para reforzarnos para luchar por todo", dijo Xavi.
El Fair Play es el elemento que aún le impide al Barça planificar la temporada. Existen algunas luces sobre las posibles salidas. Sin embargo, hasta que el club no venda y limite su masa salarial (supera los 200 millones de euros), no tendrá el aval de LaLiga para inscribir.
Acorde a las recientes declaraciones de Laporta, LaLiga podría definir la situación del Barça en el transcurso de esta semana. Según la decisión final, el club iniciará los movimientos de mercado. Las necesidades para el cuerpo técnico son contundentes. Para la directiva la prioridad pasa por vender antes que fichar.
Ansu Fati, el gran dilema
En esa línea emergue el nombre de Ansu Fati (20). El atacante era, hace unas temporadas, el “heredero de Messi”. El extremo se lesionó la rodilla en un Clásico y, desde ese entonces, no ha logrado levantar vuelo de nuevo.
En la presente campaña, Fati disputó 51 partidos, marcó 10 goles y ofreció cuatro asistencias. Las cifras, pese a no ser del todo negativas, tapan el sol con un dedo: la influencia del jugador en el frente de ataque culé es reducida. Lewandowski (34) es amo y señor de la delantera. Dembélé (26) y Raphinha (26) crecen cada día más en las bandas. Ferran (23), aunque está en la rampa de salida, es un complemento interesante.
Después de esos nombres aparece Fati, quien, con ofertas de la Premier en su mesa, estudia un posible cambio de aires, sea en condición de préstamo o definitivo.
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