Jugador de clase, con un gran toque con su zurda, Míchel disfrutó de lo mejor de su carrera deportiva en el Rayo Vallecano. Y como entrenador lo está haciendo en el Girona, un conjunto hecho a su imagen y semejanza, donde el fútbol de seda se mezcla con una verticalidad que lo hace imparable. 

Sus alas, Tsyangkov y, especialmente, Savinho, vuelan. Su ariete, Dovbyk, está haciendo olvidar al veterano Stuani. Y con Yangel Herrera de maestro de ceremonias, este sábado destrozaron al Mallorca, al que le endosaron una manita tras comenzar perdiendo.

Míchel Sánchez no es ajeno al vendaval de los suyos y no va a ser quien se ponga contra el viento. De ahí que, aunque estemos en el inicio, reconozca que su equipo se encuentra "en el comienzo de algo que espero que sea muy bonito".

Líder de Primera

Como bonito es verse unas horas como primero de la clasificación. "Haremos una captura de pantalla. Siempre digo que jugamos para nuestra gente y hoy se habrán ido felices y orgullosos a casa". No es para menos después del partidazo y de la goleada a los bermellones. Tanto que incluso ha calificado el encuentro como "la mejor primera parte que he visto como entrenador en un equipo mío. Ha sido increíble la conexión entre los jugadores, espectacular".

Son ya 16 de 18 puntos los que el Girona ha sumado en LaLiga, manteniéndose invictos tras seis jornadas disputados y dando la sensación de que, si mejoran algunos conceptos defensivos, pueden ir aún a más. Y si lo hacen, el cielo es el límite.