El Sevilla está viviendo su mejor momento de la temporada, y no es precisamente gracias a Jorge Sampaoli (63). Llegó para reconciliarse con una afición a la que le debía algunas explicaciones después de protagonizar una abrupta salida en su primera etapa, pero más allá de la gaseosa del principio, la realidad es que no consiguió sacar al equipo de una zona poco frecuente para unos jugadores que afrontaban la Europa League con la ambición de olvidar las penurias ligueras, sin más expectativas que la de competir con dignidad e intentar darle alegrías a un público acostumbrado a grandes noches a nivel continental.
Los de Nervión despidieron al argentino el 21 de marzo, pero no ha sido hasta justo un mes más tarde cuando han conseguido ponerle el broche definitivo a su segundo ciclo. Las dos partes han llegado a un acuerdo, "satisfactorio para ambos" según el comunicado de la entidad, con el objetivo de resolver la relación contractual. El técnico llegó con la prioridad de darle un vuelco a la situación en el torneo regular, todavía con todas las opciones de llegar a puestos europeos, pero fue incapaz.
Sampaoli no era ningún experimento porque ya conocía la casa y dirigió a varios de los futbolistas, pero el hecho de recurrir a José Luis Mendilibar fue la confirmación absoluta de las intenciones de una dirección deportiva que no quería demasiados inventos, simplemente resultados. Y el entrenador vasco, cuya carrera se ha desarrollado en clubes con aspiraciones más humildes, ha puesto sobre el verde un pragmatismo que recuerda al visto en la Sociedad Deportiva Eibar, aunque por supuesto con un abanico de recursos superior al de dicho club, ahora líder de LaLiga Smartbank.
Mientras los andaluces disfrutan como antaño con partidos como el de este jueves contra el Manchester United y sueñan con incorporar a sus vitrinas la séptima unidad de su competición favorita, el que fuera seleccionador de la Albiceleste debuta con victoria en el Flamengo, donde dirige a jugadores como Daviz Luiz o Arturo Vidal, frente al conjunto chileno. Cabe recordar que los brasileños quedaron terceros en el Mundial de Clubes tras perder la semifinal ante el Al-Hilal, que recientemente se impuso al Al-Nassr, con Cristiano Ronaldo como gran líder sobre el terreno de juego.