Un día, cuando entró a formar parte de la cantera del Athletic de Bilbao, soñó con jugar en San Mamés, con levantar la Copa del Rey y con pasearla orgulloso subido en La Gabarra. Han sido 19 años de espera, 15 de ellos en el primer equipo, pero Muniain pudo hacer realidad su sueño hace apenas unas semanas.
Tras la multitudinaria e inolvidable celebración (o celebraciones), ya con la calma de haber podido reflexionar durante estos días, Iker Muniain ha decidido poner punto y final a su carrera como rojiblanco.
La falta de oportunidades que ha tenido esta campaña han tenido mucho que ver con esta decisión. También el poder dejar a su club en lo más alto, con el mejor sabor de boca posible.
Entró a Lezama con solo 12 años y apenas cuatro después, con 16, ya estaba jugando con los leones en Primera división. Desde entonces, 557 partidos (que podrá seguir aumentando un poco más), el que más en la historia tras Iríbar (614), y 75 goles.
Entre medias, dos Supercopas de España y la deseada Copa del Rey con la que se rompieron 40 años de sequía del gran título para los athleticzale.
One club man... hasta ahora
Muniain, navarro de nacimiento, ha sido uno más de esos futbolistas que prefieren quedarse en el Athletic desoyendo cantos de sirena de otros clubes que le ofrecían más dinero y le prometían más títulos. Su decisión lo convirtió en un ídolo para la afición y en un referente para las nuevas generaciones, y desde su nombramiento como capitán, "ha estado siempre a la altura de la institución, dando muestras de deportividad y de respeto constantes. La entereza, entrega y dedicación con las que sobrellevó y superó sus dos graves lesiones de rodilla también son una muestra de la profesionalidad del jugador y de su pasión por el fútbol y por el Athletic", ha recordado la entidad vasca.
Su legado es enorme. El vacío que dejará en el banquillo, también. Es lo que tiene cuando una leyenda se marcha. De ahí que el Athletic haya prometido celebrar un evento de despedida y homenaje como se merece. Será en San Mamés, donde Muniain podrá decir adiós al público que tanto lo ha adorado en estos casi 20 años de dedicación a la entidad de Lezama.