El mejor regalo para Adrià de Mesa era conseguir el billete a octavos... a poder ser con protagonismo goleador. El Barbastro había eliminado a la Unión Deportiva Almería semanas atrás (1-0) y afrontaba un reto mayúsculo frente al Barcelona, que se plantó en tierras aragonesas con la necesidad de evitar el desastre. El partido se presentaba también como una oportunidad ideal para vencer por más de un tanto y dejar la portería a cero.
Nada de esto ocurrió, en parte por el buen hacer del propio Adriá, quien recortó distancias a la hora de juego y dio esperanzas a los suyos en un encuentro inolvidable para los vecinos de la localidad oscense. Cuando parecía que todo estaba resuelto a raíz del tanto de Robert Lewandowski desde los once metros, Marc Prat volvió a ilusionar -también de penalti- sin apenas margen. El conjunto anfitrión cayó con honores en un tenso duelo.
Una experiencia que no olvida
Son muchas las camisetas que ha vestido durante su trayectoria en el fútbol de barro, pero antes de alcanzar la categoría sénior pasó por las filas del cuadro culé, en categoría alevín e infantil. "Estuve dos años, aunque el segundo volví cedido al Lleida. Fue un año complicado, porque tuve mucho dolor en la rodilla, cuando estaba en crecimiento, y lo pasé muy mal, pero disfruté mucho", relata en una entrevista ante los medios oficiales del propio Barça.
"El nivel, el ritmo y la mentalidad de los jugadores", eso es lo que más impactó al ariete cuando se incorporó a La Masía. Allí coincidió con futbolistas que bien pueden identificar los aficionados: Cristian Tello (Al Fateh), Isaac Cuenca (retirado), Martín Montoya (Aris de Salónica), Marc Bartra (Real Betis), Carles Planas (Celta de Vigo) o Rubén Alcaraz (Cádiz). "Había una buena quinta", resume el delantero ilerdense, que ahora tiene 32 años.
Su paso por la Kings League
Su historia adquiere relevancia al recordar que estuvo defendiendo los intereses de Ultimate Team, equipo presidido por DjMariio, durante el primer split. La novedosa competición impulsada por Gerard Piqué ha servido para ver a viejas glorias del deporte rey, como Ronaldinho o Shevchenko, y ha funcionado como trampolín para quienes siguen ganándose el pan en el terreno de juego. De Mesa es uno de los que forma parte de este último grupo.
Trató de ayudar al plantel que -luego- conquistó la Kings Cup en La Rosaleda como jugador número doce, si bien no fue decisivo. De hecho, disputó la undécima jornada frente a PÍO (derrota por 2-3) y tampoco pudo evitar el revés en cuartos ante El Barrio, ronda en la cual cayeron por 0-3. Los de Adri Contreras fueron los grandes triunfadores, ya que tocaron el cielo del Camp Nou tras superar a Aniquiladores por 3-0 en el duelo decisivo.