Que Erling Haaland es uno de los mejores jugadores de fútbol del planeta nadie lo discute. El hecho de que Kylian Mbappé (24) también esté en esa lista, tampoco ninguno lo pone en duda. Sin embargo, muchos se cuestionan que Vinicius se encuentre dentro de ese selecto grupo de jóvenes talentos. Tal vez sea porque viste de blanco.

Con motivo de las semifinales de la Champions League, el brasileño tendrá dos cara a cara en la cumbre con el noruego. El primero de ellos, en el Santiago Bernabéu, se lo llevó ampliamente el jugador del Real Madrid. Otro motivo más para tenerle en cuenta dentro de ese debate por el trono en el que tanto cuesta incluirle.

Vini marcó un golazo y fue un auténtico dolor de cabeza para su marca, Kyle Walker, que le felicitó efusivamente al acabar el partido por la batalla que protagonizaron. Un importante contraste con lo que vive el ’20’ cada fin de semana en la liga española, en la que acostumbra a ser objeto de agresiones y vejaciones constantemente.

El carioca lleva gran parte de la temporada siendo uno de los tres mejores del mundo, pero está acostumbrado a tener que demostrar el doble o el triple que el resto para obtener la misma recompensa. Es por ello que, después de una campaña en la que ha liderado al equipo dirigido por Carlo Ancelotti, ha habido que esperar a que haga un papel descomunal en la ida de semifinales de la Liga de Campeones para tenerle en cuenta.

No sirvió su gol para levantar la Decimocuarta, ni la gran final de Copa del Rey que disputó. Siempre encuentran alguna excusa para hacerle de menos. Un doble rasero muy injusto colocado por quienes le quieren poco y ensalzan a futbolistas de mucha menor categoría.

Por suerte, esas vicisitudes no inquietan a Vinicius. Está tranquilo sabiendo que, mientras él triunfa en Europa, sus críticos y detractores presencian su crecimiento desde la comodidad del sofá de su casa. No necesita más. Cuenta con el reconocimiento de quienes desea y sigue enfocado en continuar derribando barreras. De momento, ya ha arrancado la puerta y se ha subido al tren de los mejores del mundo.