Pep Guardiola (52) aspira a alzar su tercera Champions League como técnico. Hace ya 12 años que no la gana, desde que dirigía al mejor Barcelona de la historia, y se encuentra a un paso de sentir de nuevo unas sensaciones que ya quedan muy atrás. Después de no levantar la Orejona con el Bayern de Múnich, ahora tiene una fantástica oportunidad, otra, al frente del Manchester City.
Dio el salto al primer equipo del conjunto azulgrana allá por la temporada 2008/09. Estaba al mando del filial justo antes de empezar a liderar una plantilla con muchísimos nombres propios (Samuel Eto'o, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Leo Messi, etcétera). Tomó decisiones drásticas -como las salidas de Ronaldinho y Deco- y logró un sextete inolvidable para el aficionado culé.
Esos jugadores están ya retirados o prácticamente en el ocaso de sus respectivas carreras. La realidad para Guardiola es otra: Erling Haaland, Bernardo Silva, Kevin de Bruyne, Rodri Hernández... Son planteles y contextos diferentes, pero más allá de las comparaciones -quizás odiosas-, hay un punto en común: son futbolistas que están marcando época -o van camino de ello-.
Los ingleses superaron al rey de Europa, al Real Madrid, culpable de que no llegaran a la final en 2022. Cuestión casi divina aquella remontada en el Santiago Bernabéu: desde las paradas de Thibaut Courtois hasta los goles de Karim Benzema... No se lo podía creer el catalán, quien, sin embargo, pasó por encima de Carlo Ancelotti y sus pupilos en el último enfrentamiento.
Una crítica muy concreta
Es una realidad que Pep ha tenido siempre, en la élite, a varios de los mejores jugadores del mundo. Y especialmente en Manchester, un músculo económico muy superior al de sus competidores. Pese a esa situación tan privilegiada, en cambio, lleva desde 2011 sin ganar la Copa de Europa y todavía no lo ha logrado nunca lejos de su tierra. Por estas cosas, dicen, el fútbol es el deporte rey.
Ahora, tras hacerse con la Premier en cinco de las últimas seis ediciones, está muy cerca de silenciar aquellas voces más críticas. El Inter de Milán, como logró el Chelsea en 2021, será el encargado de intentar evitar que eso ocurra, si bien los italianos saben que el City es el gran favorito. A 90 minutos, como ya se ha demostrado en incontables ocasiones, puede ocurrir cualquier cosa.
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