Con una atmósfera extraordinaria, en un escenario idílico de Champions, ante el actual campeón que te llevaba una ventaja de dos goles, el Chelsea salió como si no hubiera un mañana. No le quedaba otra. De ahí que Lampard, con Havertz de avanzadilla, fuese valiente para liberar a James del marcaje a Vinicius y dejar a cuatro atrás contra el tridente del Madrid que completaban Benzema y Rodrygo.

El plan pudo salirle de fábula sin Kanté no fuese diestro ni centrocampista. El francés se encontró con un balón suelto en el área para fusilar a Courtois, pero se pegó un tiro en el pie. Era el minuto 10 y la idea de los Blues era clara: apretar a Camavinga, de nuevo lateral, de nuevo sufriendo. 

Lo bueno que tiene el Madrid es que da igual cuántas veces le disparen o intenten golpear. Responde con más fuerza si cabe. Y así apareció Rodrygo para estrellar un balón en el palo. El segundo aviso llegó con una genial triangulación de los de arriba que finalizó Vinicius y rechazó Kepa. El vasco, de nuevo titular, también desviaría un disparo de Modric en otra llegada de los blancos. 

Courtois, el milagro de cada día

A pesar de esas llegadas, era el Chelsea el que, con Kovacic y Gallagher, más dominaba, más organizaba, más tocaba. Le faltaba, eso sí, profundidad. Y no sería por centros, sobre todo de James por la banda de un Camavinga que no daba abasto. Por ahí llegaría gran ocasión de los londinenses, con un pase al segundo palo en el que apareció solito Cucurella. Era gol o gol. Para todos, menos para Courtois. El belga firmó el milagro de cada día, se hizo gigante ante el español, que vio cómo un león se tiraba a por él y rechazaba el disparo. Qué parada. 

Con ese susto se llegó al descanso, si bien es verdad que Vini y Benzema, este tras una contra espectacular de Valverde, habían tenido dos buenas oportunidades para marcar poco antes de la acción de Tibo. 

Cómo no te voy a querer, Rodrygo

La historia se repitió. Al poco del reinicio, Kanté volvió a tener un gol en sus botas, pero apareció la espalda de Militao para negarle el gol. Era el momento del Chelsea, atacaba sin cesar, aunque dejando espacios atrás. Y eso ante el Madrid es un cara o cruz. Militao vio el hueco, Rodrygo la carrera evitando antes la tarascada de Chabolah y llegando ante Kepa para dar un pase de la muerte al que no llegó Benzema pero sí Vini, que esperó a su compatriota para cederle la bola y que anotase el 0-1. 

Mientras se rompía el partido, resonaba en Stamford Bridge el "cómo no te voy a querer". Enzo lo volvió a intentar de lejos, pero Courtois había activado el modo muralla. Metió Lampard a Joao Félix, Sterling y Mudryk. Ataque total para los últimos 20 minutos. Pero Carvajal y Militao estuvieron sobresalientes también. Con esa impotencia, los locales ya se vinieron abajo, no replegaban y eso fue su muerte. En una acción coral, Valverde, qué nivel el suyo, regaló el gol para que Rodrygo, a puerta vacía, anotase también el segundo. 

Supo sufrir el Madrid en los momentos de más presión, tuvo al mejor portero del mundo muy activo y cuando le tocó en la ofensiva no falló sino que ejecutó sin compasión. Digno y justo semifinalista para seguir peleando por la Champions, "su" Liga de Campeones. 

Jugador Flashscore del partido: Rodrygo (Real Madrid).

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