Jude Bellingham (20) pasó una de sus noches más dolorosas como jugador este sábado en Signal Iduna Park. Entre lágrimas, el centrocampista aplaudía a la fiel hinchada del Borrussia Dortmund que, pese a ver como su equipo regaló la Bundesliga, esperó más de 20 minutos para agradecer el esfuerzo de la plantilla dirigida por Edin Terzić.
El entrenador, según comentó en la rueda de prensa post-partido, quería darle minutos a Bellingham. El futbolista, sin embargo, había realizado un trabajo en solitario a lo largo de la semana y, en la penúltima jornada de la Bundesliga, prefirió descansar, alegando la persistencia de unos problemas en la rodilla.
Bellingham saltó a calentar después de que el Dortmund recibiera el segundo gol del Mainz. En el descanso, el jugador continuaba ejercitándose en la banda. Terzić, no obstante, se decantó por mantener al centrocampista británico en el banquillo y envió al césped de Signal Iduna Park a Marco Reus.
“Bellingham parecía bastante bien el viernes, pero se me acercó ayer, horas antes del encuentro, y me indicó en privado que no estaba al 100% para ayudar al equipo y que sería mejor que jugase otro en su lugar. Ha trabajado muy duro en los últimos días para estar en el campo. Pero tampoco se sintió bien en el calentamiento previo al partido”, dijo el entrenador del Dortmund.
Jude Bellingham terminó la temporada visiblemente afectado por el traspié del Dortmund frente al Mainz. El centrocampista es vinculado con el Real Madrid -que pagaría más de 100 millones por su traspaso-.
El Dormtund tenía la intención de estructurar sin él un proyecto ilusionante con el título de la Bundesliga en sus manos. Ahora, el club se ve obligado a empezar desde cero con una plantilla que una vez más se ha quedado corta ante el tiránico Bayern.