Infames 45 minutos iniciales (más siete de descuento) de la selección francesa frente a la Albiceleste. La banda derecha fue una auténtica autopista y Ángel Di María no lo desaprovechó. El ex del Real Madrid provocó un penalti que se tradujo en el gol de Leo Messi y, después, marcó el segundo en un gran contragolpe con protagonismo del propio '10'. En consecuencia, Didier Deschamps se vio obligado a sacrificar a Ousmane Dembélé, que cometió la mencionada pena máxima, y también quitó a Olivier Giroud.
Más allá de los problemas en defensa, el otro problema de la campeona de 2018 fue su increíble inoperancia en ataque: no generaron ninguna ocasión y Emiliano Martínez tan solo tocó el balón con los pies. El dominio del equipo sudamericano fue indiscutible hasta el entretiempo y Kylian Mbappé tampoco pudo hacer nada para remediarlo, más allá de algún detalle sin trascedencia. Antoine Griezmann, por su parte, fue un auténtico fantasma.
Aquel combinado galo que conquistó su primera Copa del Mundo en 1998 logró imponerse por un resultado claro. La ventaja al descanso era similar (0-2) gracias a los goles de Zinedine Zidane, el gran protagonista de la noche, una actuación que nada tuvo que ver con la que se vio ocho años después en su despedida, cuando le dio un inolvidable cabezazo a Marco Materazzi que le costó la expulsión. Emmanuel Petit certificó el triunfo al marcar el tercero y definitivo a la hora de juego.
La Canarinha, como suele ser habitual, contaba entonces con futbolistas de muchísima calidad, igual que Francia en 2022. Los Roberto Carlos, Rivaldo, Ronaldo y compañía no lograron reaccionar en ningún momento y tuvieron que esperar a 2002 para conseguir la quinta estrella (última hasta la fecha). Aquella situación tan favorable en la que se encontraron los entonces dirigidos por Aimé Jasquet después de los 45 primeros minutos contrasta, y mucho, con la de Mbappé, Koundé, Varane y el resto de jugadores.
El partido entre Argentina y Francia puedes seguirlo a través de Flashscore.