Murata se convirtió en el primer medallista de oro olímpico japonés de los pesos medianos en los Juegos de Londres en 2012, antes de convertirse en profesional y ganar el título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en la misma categoría cinco años después.
En abril pasado, combatió con Golovkin en Saitama, al norte de Tokio, realizando una gran actuación frente a quien se conoce como "GGG" antes de conceder la derrota en el noveno asalto.
Murata declaró a los periodistas en una rueda de prensa en Tokio que "siempre había pensado que el combate contra Golovkin sería el último".
"Tras ello, no he encontrado nada que hacer en el boxeo", explicó el púgil nacido en Nara (sur de Japón), según los medios locales.
Murata se retira con un palmarés en los profesionales de 16 victorias (trece de ellas por KO) y 3 derrotas.
Una de ellas, a los puntos frente al franco-camerunés Hassan N'Dam, había creado la controversia en mayo de 2017. En la revancha, cinco meses más tarde, el japonés se había impuesto, haciéndose de ese modo con el cinturón AMB de los medianos.
Murata se convirtió en una gran estrella en su país tras haber batido al brasileño Esquiva Falcao para hacerse con el oro en los Juegos de Londres, siendo así el primer campeón olímpico de boxeo nipón desde 1964.
Su carácter humilde y tranquilo le había hecho hacerse muchos amigos en el ring y fuera de él: Golovkin le ofreció su bata al término de su combate como señal de respeto.