El partido comenzó con un fantástico ambiente en las gradas, un hecho que propició que las 22 protagonistas se envolviesen en una atmósfera de partido grande digna de una semifinal. El encargado de llevar la manija del balón fue el FC Barcelona y, poco a poco, las de Giráldez comenzaron a tener ocasiones. Sobre todo, desde el balcón del área.
Precisamente desde la distancia llegó el golazo de Claudia Pina. Tras un balón despejado de cabeza por Freja Siri, Aitana Bonmatí asistió para que la atacante catalana, después un buen regate, la mandase a guardar desde la media luna del área blanca.
En la segunda mitad, Caroline Weir decidió apuntarse también a eso de pegarle desde lejos. En el caso de la británica, a balón parado. Weir consiguió el empate a uno con un zurdazo de falta imposible para Sandra Paños. A partir de ese momento, se rompió el partido. Geyse desechó un uno contra uno ante Misa Rodríguez tras una gran acción individual.
Justo cuando se cumplía la hora de partido, Irene Paredes dejó a su equipo con diez. La defensora azulgrana vio la segunda amarilla tras una dura entrada a sobre Feller. No obstante, el FC Barcelona supo reponerse de la expulsión a través de los cambios e incluso tuvo acercamientos en los que estuvo a punto de romper la igualada.
Finalmente, el empate a uno no se movió del electrónico del Romano José Fouto en los 90 minutos reglamentarios y el partido tuvo que decidirse en la prórroga. El Real Madrid fue físicamente superior y tuvo dos claras ocasiones para llevarse el partido, pero Mariona Caldentey marcó un penalti en el minuto 111 y Salma cerró la victoria culé empujando el balón a placer en el 120'. Dos tantos en el alargue de un auténtico partidazo que convirtieron al FC Barcelona en finalista de la Supercopa de España Iberdrola.