Lo que parecía un trámite para el nueve veces campeón en Melbourne se complicó en un sorprendente segundo set, donde el francés se rebeló y con un poderoso servicio terminó llevando al desempate a un Djokovic renqueante de una lesión en la pierna.
Aupado por gran parte de la grada, Couacaud realizó en ese tie break algunos puntos brillantes, como un globo defensivo seguido de una derecha que Djokovic no pasó de la red o un poderoso remate de volea tras haber esquinado a su rival.
Poco acostumbrado a estos apuros ante un jugador de tan bajo ranking, y molesto con un grupo de espectadores que supuestamente le increpaban, Djokovic llegó a ponerse la mano en la oreja después de ganar un punto poco después.
Pero dispuesto a amargar la noche al gran favorito del torneo, todavía más tras la caída del campeón vigente español Rafael Nadal, el francés se impuso en el desempate.
La rebelión no duró mucho más: el serbio rompió en el tercer parcial el primer servicio del francés, al que se le acabó toda resistencia y no pudo ganar ningún juego en el último.
Así, el serbio, que en ese último parcial exigió al árbitro que expulsara a unos aficionados ebrios, se cita en tercera ronda con el búlgaro Grigor Dimitrov, número 28 del mundo.