Por momentos se vio primero, pero finalmente se tuvo que conformar, que no es poco, con salir desde la tercera posición, en la segunda línea de parrilla, en el Gran Premio de China.
El regreso al país asiático ha sido caótico en cuanto al clima, lo que ha llevado más estrés que de costumbre a pilotos, mecánicos e ingenieros. Pero como suele ser habitual cuando aparece la lluvia, a Fernando Alonso le vino de maravilla.
"En la Q2 tuvimos algú problema de competitividad porque tampoco fuimos muy rápidos, creo que pasamos octavos o novenos solamente. Cuando empezó a llover en la Q3 era muy difícil. Los neumáticos cada vez se calentaban más, pero la pista estaba cada vez más mojada y era muy difícil interpretar las condiciones", dijo en Dazn al término de la sesión.
Más que nada, porque el circuito no ayudaba en nada. "Era difícil juzgar el nivel de 'grip' y el nivel de riesgo que quieres aplicar. Al final, nos ha salido bien y contento por el equipo por poner el coche entre los tres primeros", resumió el de Aston Martin.
De cara a la carrera, Alonso es un mar de dudas. O eso dice. "No lo tenemos claro, lo sabremos mañana".