El partido arrancó accidentado por una fuerte caída de Aleksandar Mitrovic, autor de la primera gran ocasión al estrellar el balón en el poste tras un recorte sublime dentro del área. Aquello quedó en nada, pero incluso una sustitución hubiese sido menos grave en comparación con las últimas horas vividas en la concentración de Camerún, que ha apartado al guardameta Onana por motivos disciplinarios. No era el mejor contexto para encarar una final.
El delantero siguió siendo protagonista durante más minutos, especialmente después de caerle el balón de casualidad y mandarlo fuera con todo a favor. Los africanos, entre la desgracia y la poca contundencia, ofrecieron una clarísima oportunidad de gol a su rival. La mala puntería del jugador del Fulham evitó que el marcador se moviera, pero iba a ser cuestión de tiempo que pudiera celebrar su primer tanto en esta cita mundialista. Una defensa tan mala hace que todo sea mucho más sencillo.
Pierre Kunde permitió que se estiraran los suyos en una buena arrancada y con un gran golpeo que mandó a córner Vanja Milinkovic-Savic. El ritmo alto estuvo presente durante toda la primera mitad, un intercambio de golpes constante, una lucha por demostrar quién corre más y mejor y una fiesta a modo de contraataques con la amenaza del abismo, sin demasiadas certezas más allá de un pensamiento compartido: el de la mala fortuna de compartir grupo con Brasil.
Camerún no mejoró demasiado atrás, sobre todo cuando había que correr hacia su propia portería. Kostic, Tadic y compañía eran argumentos suficientes para generar peligro, aunque no fueron ellos quienes más complicaron a Epassy (portero del Abhy saudí). Recientemente hablamos en Flashscore con Kameni, que hubiese sido incluso mejor opción que Onana dadas las circunstancias. Ventajismo aparte, el caso es que los leones indomables se pusieron por delante gracias al gol de Castelletto en una acción de córner y con previa peinada de un compañero.
Pese a que Kunde estuvo cerca de marcar el 2-0 en otro arreón por banda derecha, las debilidades iban a pesar más que las fortalezas. Anguissa, el gran señalado en las dos acciones más determinantes justo antes del descanso: era el responsable de marcar a Pavlovic en el empate y perdió el balón en campo propio con un sombrerito de verbena que se convirtió en el tanto de Sergej Milinkovic-Savic. Instantes después, Mitrovic tuvo la oportunidad de anotar el tercero, aunque no tomó la mejor decisión.
El estado de somnolencia de Camerún se mantuvo tras el paso por vestuarios y eso no pasó desapercibido para el conjunto serbio. Los más talentosos se juntaron y crearon una obra de arte, de esas que se observan y se disfrutan, como ver en directo a Rosalía desnudarse emocionalmente cuando canta Sakura o deleitarse en más de tres minutos con El jardín de las delicias, de El Bosco. En menos tiempo, en escasos segundos, la selección balcánica bailó en el área rival y puso el 1-3 a través del mencionado nueve.
A los pies de Vincent Aboubakar
La entrada al campo del histórico Aboubakar (30) trajo consigo un reperterio espectacular de jugadas de calidad: de los recortes sublimes a una exquisita vaselina para poner el 2-3. El problema no estaba tanto en la zona ofensiva, sino varios metros atrás, aunque su participación activó a todo el equipo y se tradujo también en el 3-3. El Al Janoub Stadium se convirtió en su jardín y, más allá de esa cuchara perfecta ante Milinkovic-Savic, asistió a Choupo-Moting para provocar el éxtasis entre los aficionados (minuto 66).
Ninguna de las dos esquivó la posibilidad de ir a por los tres puntos: Camerún porque tenía el empuje moral necesario para ir a por el triunfo y Serbia porque sabía de las múltiples carencias de su oponente -lo rozaron en varias ocasiones además-. Aun así, fatigadas tras haber ofrecido un gran espectáculo, el empate se mantuvo en el marcador y ambas tendrán que luchar en la última jornada para conseguir el pase a los octavos de final, una tarea a priori más complicada para los leones indomables (se medirán a Brasil).
Jugador Flashscore del partido: Vincent Aboubakar.
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