Mourinho ha estado involucrado en el fútbol desde los años 80. Primero como jugador, faceta en donde no destacó tanto como en su etapa como entrenador, proceso que llegó a su vida una década más tarde. Los idiomas son sinónimo de nuevos caminos. El conocimiento de catalán le entregó al portugués su primer puesto en un club de fútbo. Su asociasión con Bobby Robson le permitió ejercer como traductor en el Barcelona, en donde además compartió vestuario con Pep Guardiola durante cuatro años.
El puesto de traductor, sin embargo, no sería suficiente. Mourinho quería más y era considerado como una de las grandes promesas de la dirección técnica lusa.
Su carrera directiva comenzó en Portugal en el cambio de milenio, antes de saltar a la conciencia del mundo con su paso por Oporto. A pesar de haber estado solo dos años en el cargo, ganó todo lo que pudo: liga, copa nacional, así como la Copa de la UEFA y la grande, la UEFA Champions League.
Ahora, casi 19 años después de su marcha portuguesa, nunca ha vuelto a entrenar en su país natal, pero eso no quiere decir que no haya dejado huella. Le pedimos al editor senior de Flashscore.pt, Andre Guerra, que nos dijera lo que su país de origen realmente piensa de él.
La perfección del Oporto
El Benfica le dio su primera oportunidad, trayendo al joven entrenador como un soplo de aire fresco después de Jupp Heynckes, rompiendo las cadenas del conservadurismo. El club estaba en plena crisis interna, sumado a una mala plantilla y José empezaba a ser… José. Arremetió contra la estrella Sabry, quien se quejó de su tiempo de juego.
Empezó a dar resultados, pero cambió la presidencia y no le ofrecieron la renovación que él quería. Así que dio un paso atrás y se unió al Uniao de Leiria.
Un club relativamente pequeño que dejó en cuarto lugar después de seis meses, jugando el mejor fútbol del país, antes de unirse a Porto a mitad de la 2001/02, trayendo consigo jugadores como Nuno Valente y Derlei al comienzo de la próxima temporada.
Con la mudanza llegaron los primeros signos de un Especial y sus travesuras. La famosa rueda de prensa en la que dijo: “Somos el mejor equipo del país. En condiciones normales somos mejores. En condiciones normales seremos campeones. Y en condiciones anormales también seremos campeones".
Su golpe en la mesa fue el epítome del hombre que, sin él saberlo, iría a lograr la hazaña sin precedentes en el fútbol moderno de ganar dos grandes títulos continentales seguidos.
Tras la Copa de la UEFA, la temporada siguiente ganó la Liga, la Supercopa de Portugal y, pese a un empate y una derrota en los dos primeros partidos de la fase de grupos, los dragones levantaron la Champions tras arrasar al Monaco (3-0) en Gelsenkirchen.
Dos días después se fue a Chelsea. Un dicho portugués de la época señalaba que “celebraba la Champions League en el yate de Roman Abrahamovich”. Tan mágica y controvertidamente como llegó... se fue.
Entre entonces y ahora, mucho le ha sucedido al hijo pródigo cuya naturaleza rebelde ha llamado la atención y los corazones de todos los fanáticos del fútbol en Portugal. Su relación con el FC Porto y su afición ha sido de desconfianza y orgullo por ambos extremos.
También hay una conexión con el pasado portugués y sus mitos, como D. Sebastao, un rey prometedor que desapareció en la batalla de Alcacer Quibir y prometió que regresaría en la niebla.
Mourinho conquistó Portugal. Todavía esperamos, sin importar cuánto tiempo pase, su regreso y guiar a la selección portuguesa a nuevas conquistas, pero, como el ex heredero al trono, esa esperanza se está desvaneciendo”.
The Special One
De Oporto a Chelsea, a través de una fiesta en un yate y retomó donde lo dejó, tanto dentro como fuera del campo. Aunque tuvo más éxito con los Blues, ha dirigido al Manchester United y al Tottenham Hotspur en Inglaterra con logros menores.
Nos dirigimos a la capital de la nación para escuchar al editor senior de Flashscore.co.uk , Brad Ferguson, para conocer la influencia a lo largo de 15 años de gestión y comenzó con una explosión.
No pasaría mucho tiempo antes de que la prensa obtuviera sus soundbytes, con el infame autodoblaje de José como 'The Special One' todavía muy unido a su nombre hasta el día de hoy.
Presidió lo que muchos argumentan que es uno de los mejores equipos jamás vistos en la historia de la Premier League, solidificando talentos ingleses como John Terry y Frank Lampard y agregando eventuales héroes de culto como Didier Drogba, Petr Cech y Arjen Robben a la mezcla.
Cambiaría la forma en que se jugaba el juego en los próximos años, actuando como una antítesis del estilo de capa y espada del Manchester United de Sir Alex Ferguson y la sedosidad del Arsenal de Arsene Wenger, los dos equipos tradicionalmente más dominantes antes de la llegada de Mourinho.
Su estilo defensivo de 'estacionar el autobús' molestó a casi todos menos a los fanáticos del Chelsea, quienes crearían su propia historia de inmediato con títulos ganados en 2004-05 y 2005-06, así como dos Copas FA, una Copa de la Liga y Community Shield en su primera etapa en el club.
Junto con el proyecto Chelsea alimentado por dinero de Abramovich, había cambiado la cara del fútbol inglés tal como todos lo conocíamos. Los fanáticos lo amaban o amaban odiarlo, y parecía disfrutar cada centímetro del centro de atención de cualquier manera.
Regresó al oeste de Londres con mucha fanfarria en 2013, aunque con una liga más competitiva a la que enfrentarse. Volvió a ganar la Premier League y la Copa de la Liga en 2014-15 con un equipo fuerte que incluía a muchos de sus antiguos jugadores.
Sus batallas con los enemigos de la gerencia fueron legendarias, llamando a Arsene Wenger "un especialista en el fracaso" después de una disputa pública entre la pareja durante su segundo hechizo.
Su paso por el Manchester United, criticado en ese momento quizás debido a una desconexión con los fanáticos por no jugar 'al estilo Man Utd', ahora se ve como un éxito en retrospectiva, con Mourinho asegurando un segundo puesto en el 2017- 18 temporada: el mejor regreso de la liga de un entrenador en Old Trafford en la era posterior a Ferguson.
También ganó el Community Shield de 2016 y ganó un doblete de la Copa de la Liga y la Copa de la Europa League en 2016-2017, lo que lo convirtió en uno de los entrenadores más exitosos en la historia del Manchester United, algo que deseaba recordar a la gente en las conferencias de prensa.
Antes de tomar el trabajo de los Spurs en 2019, era un lugar común en las pantallas de televisión británicas, haciendo apariciones intrigantes como un experto y jugando en partidos de fútbol benéficos, e incluso hilarantemente entró en la portería para un tiroteo en un partido benéfico ampliamente televisado en Loftus Road en 2017.
Tomando el trabajo como un 'Humilde' recién proclamado, el papel del Tottenham se convertiría en su único hechizo gerencial sin un trofeo, una estadística que no es exclusiva de Mourinho.
Sin embargo, guió al club a una final de la Copa de la Liga en medio de una temporada afectada por la pandemia y frente al equipo de cámara All of Nothing de Amazon. Inexplicablemente, fue despedido una semana antes de que se jugara la final, la primera aparición final del Tottenham en una década, y los Lilywhites continuarían perdiendo bajo la dirección del gerente interino, Ryan Mason.
Mourinho es un entrenador que no solo ha dejado un legado en el fútbol inglés, sino que es, sin duda, un icono del mismo.
Un pilar de la historia de la Premier League, allanó el camino para que personajes grandes, audaces y entretenidos como Jurgen Klopp, Pep Guardiola y Antonio Conte se unieran a los equipos e imprimieran sus propias filosofías y, a pesar de algunas críticas aparentemente injustas sobre su estilo y enfoque, José siempre ha tenido éxito dondequiera que haya trabajado.
El especial. El Humilde. De cualquier manera, un Legendario.
El nuevo José
Dejó su primera etapa en el Chelsea bajo una nube, pero encontró un nuevo hogar rápidamente en el Inter de Milán: otra victoria en la Liga de Campeones lo encontraría allí, así como más controversia. Para hablarnos de sus dos etapas en Italia, solicitamos la ayuda de Giulia Polidoro, de flashscore.it.
Un símbolo, un ejemplo de grandes historias futbolísticas, un catalizador de amores y odios a la vez. Este es José Mourinho para la Serie A.
El técnico portugués tiene su nombre grabado en una de las páginas más importantes del fútbol de Italia, la del Triplete del Inter. El triunfo de un equipo que siempre había brillado hasta ese momento, sin embargo, siempre había tenido muchos lamentos en las etapas finales de sus torneos más importantes.
Mourinho trajo la mentalidad ganadora de vuelta a Milán, consagrándola para siempre en una leyenda. Por eso, aún hoy, su vínculo con la afición del Inter sigue siendo inquebrantable.
Diez años después de aquella despedida, tras ganarlo todo, volvió a la Serie A, esta vez con la Roma. Una historia de amor, la de la afición capitolina, que estalló de inmediato, pero que durante un tiempo luchó por traducirse en el terreno de juego.
El punto de inflexión fue la Conference League, el primer trofeo tras una larga sequía del club giallorossi. En un cuadro históricamente complicado, el vínculo entre club, entrenador, jugadores y aficionados sigue reforzándose partido tras partido, prueba una vez más del buen hacer del entrenador.
De sus muchos gestos, la iconografía del técnico portugués en la Serie A no puede dejar de incluir el que más ha quedado grabado en el imaginario colectivo: el de las esposas en el Inter - Sampdoria de 2010, que le valió una sanción de tres partidos.
Esa es la imagen que explica a la perfección el símbolo de Mourinho en Italia: showman, centralizador, pero sobre todo arrastrador de sus equipos.
La locura de Madrid
Nuestra última parada en Europa es España y Madrid, donde Mourinho pasó tres años al frente del Real Madrid, con la tarea de romper el dominio de Barcelona y su antiguo cargo Pep Guardiola.
Aquí, hablamos con el editor sénior César Suárez de flashscore.es, quien explicó cómo Mourinho aún arroja una sombra sobre Los Blancos.
Después de su etapa anterior con Robson como traductor y asistente, este recuerdo deja a muchos con una visión desagradable de su etapa posterior en el Real Madrid. Después de varios Clásicos extremadamente tensos que afectaron incluso a la relación personal entre los jugadores de la selección española, le metió el dedo en el ojo al fallecido Tito Vilanova.
Fue, sin duda, la polémica más bochornosa que se le recuerda por estos lares. Y había muchos más.
Pero para ser justos, más allá de las muchas polémicas en las que se vio envuelto -incluso con sus propios jugadores-, a nivel deportivo Mourinho es recordado como el entrenador que consiguió acabar con la hegemonía del Barcelona de Guardiola.
Tras un hat-trick de títulos en una sola temporada, el conjunto catalán parecía invencible hasta que el Madrid, con un gol en la prórroga de Cristiano Ronaldo (37), les ganó en la final de la Copa del Rey.
Y al año siguiente ganó LaLiga, precipitando la marcha del ahora técnico del Manchester City.
Sin embargo, no pudo ganar la Liga de Campeones, cayendo en las semifinales en los tres años que entrenó a Los Blancos. Ese fue el final de su historia en el Bernabéu.
Hay quien, en unos años de sequía de títulos del Real Madrid, ha pedido su vuelta, su mano dura en el vestuario. Pero la decisión de no volver a ficharle ha estado más influida por el desgaste que provocó incluso en la afición madridista, dividida entre los valores tradicionales del club y los antagónicos propugnados por Mourinho, que por sus logros deportivos.
De vuelta al ruedo
Desde sus humildes comienzos hasta alcanzar la cima del deporte, Mourinho ha conquistado corazones y mentes a lo largo de su carrera en toda Europa, y no siempre de la mejor manera.
Pero, a medida que cumple 60 años, estamos viendo una dulzura en su carácter. ¿Significa eso que ha terminado de causar problemas o escalar esas alturas nuevamente? Absolutamente no.
A medida que su legado continúa creciendo, es poco probable que su estrella disminuya. En todo caso, sus logros solo serán más venerados. Un hechizo en la gestión internacional más adelante en su carrera se siente como el siguiente paso lógico y, dada su afinidad con su tierra natal, ese parece el mejor destino.
Sin embargo, una cosa es segura, no hemos terminado de escuchar a 'el especial' en el corto plazo.