Recién llegado a su nuevo hogar, Dennis Schröder ha tardado muy poco en volver a Toronto. "Mañana es el cumpleaños de mi hijo y no me voy a perder un cumpleaños así", declaró el campeón del mundo de baloncesto tras su debut en la NBA con los Brooklyn Nets: "Así que vuelo de vuelta para ver a mi hijo, a mi mujer y a mis otros dos hijos. Pasaré tiempo con ellos y luego volveré para entrenar el lunes".
El capitán de la selección alemana se trasladó el jueves de los Toronto Raptors a Nueva York, su rival en la liga, y está viviendo en un hotel de la ciudad. Llevaba consigo su ordenador portátil, dijo el jugador de 30 años, y "actualmente estoy jugando mucho al Call of Duty". Schröder aún no ha llegado a la Gran Manzana como un miembro más de la familia, pero ya se ha puesto manos a la obra en lo que a su juego se refiere.
Elogios por doquier
Schröder se enfundó por primera vez la camiseta blanca y negra de los Nets contra los San Antonio Spurs. Luciendo su número 17 favorito en la espalda, tuvo un comienzo de ensueño. Schröder anotó 15 puntos y repartió 12 asistencias en poco menos de 27 minutos, su equipo ganó 123-103 y los cánticos de "Dennis, Dennis" resonaron en las gradas.
La afición local estuvo "genial", dijo Schröder, sudoroso pero radiante con una toalla sobre la cabeza: "Os aprecio a cada uno de vosotros". También tuvo palabras de elogio para sus nuevos compañeros:"Me dieron la bienvenida y me dijeron que simplemente fuera yo mismo y jugara al baloncesto".
Schröder hizo precisamente eso, para regocijo de su entrenador. "A menudo se le ha visto causar un gran impacto en partidos importantes", declaró Jacque Vaughn: "Es un jugador inteligente que será muy importante para nuestro equipo. Fue impresionante lo que demostró".
Al igual que en su última escala en Toronto, donde Schröder perdió la titularidad, el base sólo salió desde el banquillo contra San Antonio. Pero está preparado para volver al quinteto titular de los Nets, quizá incluso después de su breve viaje familiar.