Los canarios, que salieron con un quinteto versátil, se basó en el tridente Slaughter, Shurna y Happ, que anotaron 48 puntos, para acabar con la resistencia blanca.
Mateo lo intentó todo, pero no había forma ni de dominar bajo tableros ni tampoco desde el perímetro. Sólo Musa parecía algo más inspirado que sus compañeros. El 25-9 con el que se cerró el primer cuarto fue fiel reflejo de lo que se estaba viviendo.
Porque la diferencia no hizo más que aumentar. Sin Tavares, lesionado, Poirier no dio la talla. Tampoco la aparición de Rudy Fernández permitió recortar porque los aleros del Granca metían dos de cada tres triples que intentaban. El hueco llegó a ser de 25 y se quedó en 21 al descanso (57-36).
Tras la vuelta a la cancha, los locales respondieron de maravilla al intercambio de canastas y juego rápido del Madrid. Y eso hizo que la distancia volviera a agrandarse (75-50). Sólo un parcial de 0-10 al final del tercer cuarto pareció despertar al líder, pero nada que no pudieran volver a arreglar para sentenciar el duelo (85-60).
Y aunque Musa intentó de nuevo meter a los suyos en el partido, el pésimo porcentaje exterior fue demasiado escollo para evitar el histórico triunfo del Gran Canaria por 100-77.
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