El entrenamiento del Barça de baloncesto no era uno más, pese a que prepararan un importantísimo encuentro ante la Virtus Bolonia en Euroliga. Ricky Rubio volvía a ejercitarse como culé casi 13 años después de irse a la NBA.
Al base se le vio sonriente durante todo momento y su entrenador Roger Grimau celebró su vuelta. "Estoy feliz por ver a Ricky en una pista. Es una muy buena noticia única y exclusivamente para él. Estoy feliz como persona, no solo como institución y como club. A partir de aquí, todos nos ayudamos".
El técnico, que compartió vestuario con Ricky en su anterior etapa se deshizo en elogios hacia el nuevo "fichaje". "Los buenos jugadores siempre suman sean como sean. Si el jugador es igual de excelente como persona, la ecuación se hace fácil. Hay que normalizarlo todo. Era el primer día y parecía que llevaba mucho tiempo con nosotros".