Pero antes de la gran final contra los atenienses, de luchar por la conquista de la undécima, hay que disfrutar un poco de la victoria ante el enemigo público número 1, el Barcelona. "Sabíamos que íbamos a sufrir mucho y supimos manejar los momentos malos. La clave ha sido seguir en el partido. Hemos controlado el rebote contra un equipo que aprovecha mucho eso. Nos preparamos durante todo el año para estar lo mejor posible en este momento", ha comentado Tavares.
Además, con un hándicap importante, las ausencias de Deck, Yabusele y su alter ego, Poirier.
"Intenté trabajar lo más duro posible, porque el Barça tiene a grandes jugadores. Así que intenté estar concentrado, ser consistente y seguir empujando hasta el final. Hoy tenía más responsabilidad porque no estaba Poirier, que es uno de los mejores pívots de Europa. Tenía que cubrirle, como él hace cuando yo no estoy", explicó el pívot.
El Chacho, el complemento perfecto
Si Tavares fue quien permitió al Madrid mantenerse vivo en los momentos complicados, Sergio Rodríguez volvió a ser el mago que sacó los mejores trucos de la chistera para terminar de despistar al rival, como hizo ante el Partizán. "Sabemos que tenemos la inercia a favor. Tenemos que seguir así, descansar hoy, y estar listos para la final. Se siente genial, para mí y para el equipo. Estábamos muy limitados en la plantilla y todo el mundo dio un paso un paso adelante".
Y es que cada uno tuvo su momento, un robo de Rudy, la mandarina sobre la bocina de Llull, la defensa de Ndiaye, y también la de Hezonja, autor del triple que sentenció el partido. "Había que estar preparados para esta guerra y hemos luchado todo el año. Nuestra fortaleza ha hecho que ganásemos hoy. Todos estamos preparados para estos momentos finales de la temporada. Hay que prepararse aún más ante el Olympiacos porque son exigentes y han acabado primeros en la Liga Regular. Hay que tener dureza mental", señaló el croata.
El domingo, a partir de las 19 horas, la gran final de la Euroliga, Olympiacos-Real Madrid.