Es el equipo taronja un conjunto aseado, con jugadores de calidad, capaz de plantar batalla a cualquier rival, pero demasiado irregular e incapaz de jugar un final igualado. Le pasó contra el Madrid hace pocas semanas. Y le ha vuelto a pasar contra el Baskonia. En un torneo tan competido y equilibrado como la Euroliga, ese es un detalle capital. No saben competir cuando el balón quema.
Empezó bien para los valencianos con Ojeleye. Pintaba bien el 19-12 en el minuto 7, pero Sedekerskis no estaba conforme y con ocho puntos consecutivos igualó las cosas (21-20) en el primer cuarto.
En el segundo, entre las pérdidas vitorianas y la buena aportación de Harper, la defensa agresiva y los rebotes ofensivos de Claver, el Valencia se volvió a escapar (42-30, min. 18). Es cuando Ivanovic tiró de Howard, que entró en ebullición con 12 puntos casi seguidos, para acercarse de nuevo. Un pequeño descanso de Markus y el despertar de Jones en los locales aumentó la renta para que los de Mumbrú se marcharsen 52-44 a vestuarios.
Más de don Markus Howard
Howard volvió a tirar del carro de los suyos en la reanudación con un parcial de 5-13 para poner el 57 iguales, pero comenzó a fallar porque ya tocaba. Cuando regresó a la cancha tras tomarse un respiro, Claver se le pegó para evitar que volviera a liarla parda. Así entraron los locales con ventaja a los diez últimos minutos (70-67).
Y ahí se les hizo de noche. Se obsesionaron con los triples, que no entraban, cosa que sí hacían con Howard en el bando opuesto. Y con el apoyo de Moneke, el Baskonia firmó un 2-16 que hundió en la miseria a la Fonteta. Al final, triunfo azulgrana por 84-98.
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