Lejos de dejar pasar el vergonzoso comportamiento de Yabusele durante la multitudinaria pelea entre el Real Madrid y el Partizan de Belgrado en su último duelo de Euroliga, como muchos han indicado, lo cierto es que el conjunto blanco ha tomado sus medidas de puertas para adentro.
Así lo hemos podido confirmar desde Flashscore. En la entidad merengue existe mucha preocupación por la mala imagen que se transmitió y así se lo han hecho saber a los jugadores que más protagonismo tuvieron durante los altercados.
El más destacado, por lo negativo de sus acciones, fue el galo Guerschon Yabusele, que realizó una llave de lucha muy peligrosa sobre el australiano Dante Exum (27). Por este motivo, el Real Madrid se reunió con el francés para ponerle sobre aviso acerca de sus episodios de violencia. Le han dejado claro que ese no es el camino a seguir y que debe controlar su temperamento si quiere continuar perteneciendo a una entidad que por delante de todo pone sus valores de deportividad.
Más allá de ese 'toque', en el club confían en que el jugador pueda reconducir la situación y mejorar su comportamiento. Es por eso que no le impondrán ningún castigo a nivel deportivo ni consideran encarar su salida de la plantilla en un futuro próximo. Así se pudo ver en el último partido de Liga Endesa contra Casademont Zaragoza, en el que participó como titular, igual que Gabriel Deck (28), otro de los sancionados por la Euroliga.
Por tanto, la única pena que cumplirá Yabusele será la impuesta por la propia competición continental. No podrá jugar en Europa durante cinco partidos a causa de las agresiones que perpetró durante la dichosa trifulca contra los serbios.
La pelea siguió fuera de la pista
Lo que se vio sobre la pista no fue nada más que el primer asalto de una pelea que se trasladó a la zona de vestuarios cuando consiguieron sacar a los protagonistas de la cancha. Hemos conocido más detalles que indican que algunos integrantes de la plantilla visitante seguían calientes al subir las escaleras que dan acceso a los vestidores del WiZink Center y lanzaron algunos puñetazos contra miembros del Real Madrid.
En ese momento hubo que recurrir a los servicios de las fuerzas del orden, ya que la seguridad privada contratada para cubrir el encuentro se vio desbordada ante tal despliegue de ira. Finalmente consiguieron calmar las aguas y representantes de ambos equipos intervinieron para relajar una situación que pudo acabar muy mal.