No era fácil cerrar la fase regular de la Euroliga en Kaunas en un partido de trámite, sin nada en juego a nivel clasificatorio, y con un Real Madrid necesitado de descanso para recuperar frescura. Por eso se quedaron el Chacho y Rudy sin viajar, y por eso Campazzo, con molestias, ni se vistió pese a estar en el Zalgirio Arena.
Aun así, era un encuentro oficial que podía servir a Chus Mateo para darle bola a su banquillo y que hombres como Alocén o Abalde aprovecharan la oportunidad. No lo hicieron aunque le pusieron todas las ganas del mundo.
No fue, desde luego, el mejor encuentro en ataque de los blancos, pero eso no preocupa en exceso. Si los blancos se han mostrado vulnerables en las últimas semanas ha sido por su negligencia defensiva temporal. Es parte de su esencia para poder activar el stop and go, el parar al rival y marcharse con celeridad al aro rival.
Un mal día en el tiro
Dejaron al Zalgiris, que volvió a llenar su pabellón, en nueve puntos en el primer cuarto y en un total de 25 en toda la primera mitad, con un 3/17 en triples. No es que estuviera el campeón mucho más acertado (5/16), pero sí lo suficiente para marcharse 25-31 al descanso después de haber disfrutado de una decena de puntos en varias fases.
Musa, con ocho puntos -todos en el primer cuarto-, y Poirier, con seis sin fallo, fueron los más acertados hasta entonces frente a un rival donde sólo Giedratis mantenía el nivel anotador con otros ocho.
A la vuelta al parquet, no cambió mucho la cosa, con porcentajes exteriores que no superaron el 30 %. El Madrid gozó de varios +9, pero sus continuas pérdidas (16 frenta a ocho) le dieron vida a los lituanos, que cerraron el tercer cuarto con un 6-0 que les hizo ponerse a solo dos con un ridículo 42-44 en el electrónico al empezar el último.
Súper Mario
La racha la prolongaron con un triple que les puso por delante, lo que despertó a Hezonja, que asumió la responsabilidad ofensiva anotando los 10 puntos iniciales de los suyos en el cuarto y picándose a triples con Manek (53-54).
Jugaron desde entonces en el columpio los dos equipos, intercambiándose mínimas ventajas. A minuto y medio del final, Evans igualó a 59 con un tiro exterior. Musa respondió con otro triple. Evans falló, pero Tavares regaló la bola y Hayes aprovechó para firmar las tablas. Con siete segundos en el reloj, Llull, qué le gusta la presión, subió la bola, encontró a Deck en la esquina y el argentino ganó el partido con un canastón a la media vuelta.
Musa, con 17 puntos y siete rebotes, terminó siendo el máximo anotador del encuentro. Hezonja anotó 16 y añadió otras cinco capturas. Por parte del Zalgiris, Manek y Evans sumaron 14 puntos cada uno.