Max Verstappen sumó la cuarta victoria -de cinco posibles- en una temporada que va camino de ser similar a la anterior. Su dominio en el Mundial de Fórmula 1 tiene un aroma autoritario y, salvo excepciones puntuales como el Gran Premio de Australia, apenas permitirá que sus rivales puedan celebrar. Este domingo, Checo Pérez, segundo tanto en la parrilla como en la clasificación general, se presentaba como su gran escollo.
Lo que quizás no esperaban en Red Bull era que un tal Fernando Alonso iba a ser capaz de rebasar al mexicano en una nueva lección magistral del corredor de Aston Martin, frustrado con la FIA al recibir una sanción en la prueba exprés. Sorprendentemente, Nico Hülkenberg superó a los Ferrari en los compases iniciales, aunque la alegría le duró muy poco. George Russell, que emuló al germano, se asentó por delante de Charles Leclerc y Carlos Sainz.
Mientras el asturiano intentaba mantener su posición ante Pérez, quien finalmente se aprovechó del mayor ritmo de su monoplaza, Verstappen ganaba distancia en la cabeza. Luego, Norris bajó del tercer puesto a Alonso y Leclerc hizo lo propio con Russell. Fue entonces cuando llegaron las primeras paradas, muy necesarias por la fuerte degradación de las gomas (el bicampeón del mundo lo hizo justo antes que los representantes de la escudería austriaca).
Un poco de todo en Shanghái
Sainz y su compañero fueron los más rezagados a la hora de acudir a boxes, sobre todo el monegasco. Este último acababa de entrar cuando otros planteaban ya la segunda -por lo general, neumáticos duros; Fernando, blandos, una decisión que luego corrigieron con tan buen criterio que hasta firmó vuelta rápida y una brutal remontada-. Pero entonces apareció el coche de seguridad en varias ocasiones: por un problema mecánico de Valtteri Bottas, luego por un contacto entre Kevin Magnussen y Yuki Tsunoda y en última instancia debido a una mala decisión de Lance Stroll, que embistió a Daniel Ricciardo.
'Nuevo' comienzo a partir de ahí, con el madrileño justo detrás del ovetense (libraron su particular pugna horas atrás), aunque ambos sin posibilidades de abrir el champán después. Es más, tuvieron que conformarse con acabar quinto y séptimo respectivamente. Entretanto, Norris, lejos de Max pese a su sobresaliente actuación, se hacía fuerte ante Charles, que vuelve a fracasar en su intento por subir al podio tras ser incapaz de aguantar frente a Checo.
Además, los comisarios confirmaron el triple castigo de 10 segundos a Stroll, Sargeant y Magnussen. La negligente conducta del primero no sólo afectó a Ricciardo, obligado a retirarse, sino que tuvo consecuencias directas sobre Piastri, quien andaba por ahí de casualidad y se llevó un ligero toque. El australiano arrancó quinto y parecía estar en disposición de obtener un botín mejor que el obtenido al final -octavo- en una jornada también agridulce en el caso de Hamilton (noveno tras remontar).