Xavi Hernández (43) debutó contra el Espanyol en un derbi que los suyos ganaron por la mínima (1-0) y sin dejar las mejores sensaciones posibles. Días después lamentó que su equipo fuese incapaz de ganarle al Benfica para conseguir el pase a los octavos de final de la Champions League, algo que se ha vuelto a repetir esta temporada, pero ya sabe lo que es ganar su primer título (Supercopa de España) y parece haber encajado todas las piezas del complicado puzle para que sus jugadores asimilen y apliquen todas sus ideas.
El entrenador del Barcelona ha conseguido 42 victorias, 12 empates y 13 derrotas hasta la fecha, unos números que mejoran los de Ronald Koeman (59), quien puso fin a su etapa en la Ciudad Condal con el título de Copa del Rey como principal logro. En ese apartado, sin duda, el actual seleccionador de Países Bajos sale mejor parado (teniendo en cuenta, además, que la comparación es sobre 67 partidos). Eso sí, no llegó a las cuatro decenas en lo que a triunfos se refiere (39) y perdió en 16 ocasiones.
Más allá de los números a grandes rasgos, no hay color en lo que a juego se refiere. Son plantillas diferentes y están marcadas, sobre todo, por la presencia de Leo Messi en una y la ausencia del mismo a partir del curso 2021/22, justo cuando se produjo el relevo en el banquillo. El Barça domina más con Xavi, pese a haber mostrado cierta irregularidad, y consigue ganar incluso cuando no rinde del todo bien, especialmente en los últimos tiempos. El mal hacer en Europa, sin excusas que valgan en 2022, principal punto negro.
Otro aspecto importante es el de los enfrentamientos contra el Real Madrid. Y el balance de Koeman es imposible de empeorar: tres derrotas en tres partidos, todos correspondientes a LaLiga y dos de ellos en el Camp Nou (1-3, 2-1 y 1-2). El actual técnico, sin embargo, forzó la prórroga en su primer clásico y ganó por 0-4 en el Bernabéu un par de meses después. A partir de ahí, lo de la temporada actual: derrota en octubre (3-1) y victoria incontestable en la final de la Supercopa de España (1-3). En definitiva, nada que ver.