Lo que ha hecho Mathieu van der Poel (28) en Glasgow, bajo la lluvia, contra rivales tan duros como el mismo Tadej Pogacar (24) se define en una palabra: admirable. El neerlandés se ha quedado con la camiseta de arcoiris bajo una tormenta. En medio de una tempestad, de embestidas y de una caída que incluso destrozó parte de su uniforme, el hombre del Alpecin-Deceunick belga se ha quedado con un Mundial de Ciclismo mortal, quizás el más duro en los últimos 10 años.

Remco Evenepoel (23), vigente vencedor de la salida, ha sufrido más de lo previsto: primero, se ha visto cortado en un par de ocasiones. Después, una escapada de 10 hombres ha sido afectada por una manifestación que dejó a los corredores a la interperie por casi una hora.

El belga no era el único que sufría: Alaphilippe, Cavagna, Philipsen, Healy, Asgreen, Kwiato, Sagan y  Laporte se iban cortando. A falta de 90 kilómetros otros como Pogacar, Izagirre, Van Aert o Van der Poel tomaban fuerzas para la embestida final, dejando a Evenepoel en una posición incómoda. 

Pogacar, protagonista 

Van der Poel no ha sido el único protagonista de la carrera. Pogacar, que llegaba a la competición después de quedarse con el amargo segundo lugar en el Tour de Francia, ocasionó una polémica caída por culpa de un cambio de ritmo que afectó a Trentin quien, junto con otros corredores (Izagirre, entre ellos), salió despedido hacia una valla. 

Al margen de las caídas, Bettiol tomó la delantera (casi en solitario) con cuatro corredores por detrás. Van der Poel, Pogacar, Van Aert y Pedersen le seguían de cerca, sin permitirle tomar un respiro en medio del clima de Glasgow. 

Van der Poel, en ese contexto, fue el único de los cuatro que se atrevió a darle guerra al italiano: atacó a falta de 22 kilómetros y dejó en el camino a Van Aert (segundo) y a Pogacar (tercero). El neerlandés completa un año positivo. En 2023 ya había ganado en Milan San Remo, la París Roubaix, obtuvo el segundo puesto en Flandes y se coronó como campeón del mundo en ciclocrós.