Correr y dominar el balón. Esas eran las dos caras que dejaban los estilos de Senegal y de los Países Bajos. La presión alta, asfixiante, contra el fútbol total. La velocidad frente al manejo posicional y a la circulación.
Senegal y los Países Bajos midieron fuerzas en un partido parejo. Equilibrado. En donde los dos equipos dominaron. Primero, los africanos. La velocidad era demasiado para las torres neerlandesas. Los de Cissé tenían piernas frescas. Energía. Era demasiado. Parecía demasiado para el equipo de Van Gaal.
Segundo, la naranja mecánica. La fatiga empezó a costar. Holanda, en ese contexto, aprovechó el desgaste del rival para ejercer su máxima: el dominio del encuentro a través de la circulación de la pelota.
Estudio
El primer tiempo se traduce a un estudio de parte y parte. En el amanecer del encuentro, Senegal fue, de lejos, mejor que los Países Bajos. El bloque alto de presión que instaló Cissé complicó la salida de los europeos. Tanto Virgil van Dijk como Mathias de Light han estado a un paso de perder el balón en las cercanías del arco resguardado por Noppert.
El transcurrir del tiempo hizo lo suyo. El desgaste físico pasó factura. Después de unos primeros 20 minutos asfixiantes, Senegal perdió el elemento necesario para ejercer la presión alta: el espacio. Los Países Bajos, que defendieron con una sólida línea de cinco, se adueñaron del terreno de juego con una sola premisa: evitar que los africanos tuvieran espacio para correr.
La velocidad de Senegal es, sin duda, su gran fortaleza. Pese a la ausencia de Mané, nombres como Sabaly, Sarr, Diabaté o Gueye son reconocidos por su capacidad física. Ese era el gran miedo de Van Gaal, que logró, con facilidad, vencer desde la táctica al vigente Campeón de África.
El hecho de ganar el espacio le entregó a los neerlandeses una herramienta que conocen de maravilla: la pelota. La estrategia de Van Gaal funcionó. Senegal terminó el primer tiempo pidiendo la hora. Los Países Bajos, por su lado, tomaban aire después de un inicio trepidante.
La segunda instancia del partido fue una película repetida. Los Países Bajos dominaron la tenencia de la pelota. Sin embargo, Senegal comenzó a aprovechar los espacios generados por el contrario. Dos paradas de Nopper frenaron a los africanos. El portero de los europeos defendió con serenidad las embestidas de los de Cissé.
Mendy, mientras tanto, se mostró seguro - o aparentó seguridad-bajo los tres palos en el inicio de la segunda parte. El guardameta de Senegal salió en varias oportunidades para cortar balones aéreos y dejó sin opciones a los rascacielos neerlandeses.
Por los aires
Aunque Mendy consiguió alejar a los centrales de Holanda de su área no evitó del todo el poderío neerlandés. En sí, los europeos crearon pocas opciones de gol en la segunda parte. Senegal dominó en esa instancia. El fútbol no es un deporte de méritos. Y eso es, precisamente, lo que le ocurrió al equipo africano.
Jugar bien no es suficiente para ganar. Los Países Bajos, sin mucha dinámica, encontraron, a través de un excelso pase de Frenkie De Jong un balón largo que definió Gakpo. El hombre del PSV Eindhoven le ganó la espalda a la defensa de Senegal, que encajó un gol cruel frente a un rival precavido, distante y efectivo.
De Jong se llevó los elogios de los seguidores de la naranja mecánica. El neerlandés, que sufrió un verano complicado en donde se le vinculó con el Manchester United, deslumbró con su calidad en el primer encuentro de la fase de grupos. Asistió a Gakpo en el primer gol y, además, tuvo influencia en el segundo. Una gran revindicación para el centrocampista, que poco a poco se gana la confianza de Xavi Hernández.
Cuando el 0-1 parecía una realidad, Davy Klaassen concretó el segundo gol de los Países Bajos. Una contra veloz que lideró Memphis Depay terminó con un pálido despeje de Mendy. El rebote recaló cerca de la frontal y Klaassen, cosnciente del error del portero, marcó casi con la portería vacía.
Los de Luis van Gaal cierran de esa manera un triunfo vital. Empezar ganando en torneos cortos es una estrategia excepcional. Aunque Senegal fue mejor, los goles hablan por sí solos y le entregan a Holanda la opción de ver de cerca el tiquete a los octavos de final de la Copa del Mundo.
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