Si se confirma, como parece, la baja de Rafael Nadal (36) supondrá un duro revés para él y para su equipo. El balear, lesionado desde el pasado Abierto de Australia, no disputa un encuentro desde enero. Desde ese entonces se encuentra en proceso de recuperación y, por diversas razones, se ha ausentado de citas importantes en el mundo del tenis.
Anteriormente, Nadal se había perdido el Conde de Godó, el Mutua Madrid Open y el Abierto de Roma, esperando en llegar a tope a Roland Garros. El tenista manacorí, sin embargo, no ha alcanzado las condiciones necesarias y, tras una dolorosa decisión, su ausencia en la cita, ya anunciada por diversos medios de comunicación, podría ser confirmada mañana por él mismo.
El rosario de lesiones de Nadal en los últimos tiempos es considerable: una fisura en la costilla, dos roturas abdominales y una lesión en el psoas de su pierna izquierda, al margen de su dolencia crónica en el pie, el síndrome de Muller-Weiss.
Rafa no juega desde que perdió en segunda ronda del Abierto de Australia, partido que jugó ya muy mermado, en duelo que le enfrentaba a Mackenzie McDonald con un tanteo de 6-4, 6-4 y 7-5, en 2 horas y 32 minutos.