Novak Djokovic, con 24 Grand Slams en su palmarés, selló su billete (4-6, 7-6/7/2 y 6-4) después de dos horas y 37 minutos.

"Comencé bien, pero a continuación me sentí muy mal, quizás por un virus en el estómago que atrapé hace dos o tres días, pero así es la vida. Estás obligado a encontrar soluciones y lo he hecho esta noche", dijo.

Jugará por un puesto en semifinales contra el vigente campeón danés Holger Rune (7º), que venció por un doble 6-3 al alemán Daniel Altmaier (54º) en el último partido de la jornada. Ambos se vieron las caras en la final de Bercy el año pasado.

Brillante en la víspera ante el argentino Tomás Etcheverry tras un mes y medio fuera del circuito, a Djokovic parecía servirle este jueves con poner el piloto automático ante un debutante.

Fue un espejismo. Con 4-1 a favor tuvo una pájara que le costó cinco juegos consecutivos ante un Tallon Griekspoor lanzado que se llevó el primer set.

Tras consultar al fisioterapeuta, el serbio se mantuvo en el partido en una segunda manga que dejó sentenciada con un 5-0 inicial durante el tie-break.

A medio gas, sin la gestualidad que multiplica cuando está contra las cuerdas, el serbio despertó de repente para sellar el partido cuando el público se volcó con Griekspoor: aplaudió a los espectadores y pidió más ruido, una gasolina que tradujo en el break definitivo.

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