Sinner, que ganó su primer título de Grand Slam en el Abierto de Australia en enero y luego se adjudicó el Indoor de Rotterdam en febrero, encadenó una racha de 19 victorias consecutivas antes de perder ante Carlos Alcaraz en Indian Wells a principios de mes.
Pero cualquier idea de que la derrota en California podría hacer descarrilar su temporada ha sido barrida por la carrera de Sinner hasta la final de Miami.
Su demolición por 6-1 y 6-2 del defensor del título en Miami , Daniil Medvedev, en las semifinales del estadio Hard Rock fue una victoria contundente.
El italiano participará en su tercera final de Miamien cuatro años, tras haber perdido contra Hubert Hurkacz en 2021 y contra Medvedev el año pasado.
Pero por muy tranquilo y modesto que sea Sinner, es muy consciente de que es un jugador muy diferente al que sufrió aquellas decepciones en el sur de Florida.
"La primera vez que vine llegué a la final y no pude dormir la noche anterior", dijo Sinner.
"La segunda vez, que fue el año pasado, estaba relajado porque pasé por periodos en los que ya había tenido (esas) experiencias.
"Ahora soy un jugador diferente, una persona diferente. Espero volver a llevarlo un poco mejor", afirmó.
Sinner dijo que sus nervios antes de su primera final provenían de la sensación de que tal vez nunca tendría otra oportunidad de jugar por un título.
"No podía dormir porque no estaba seguro de si volvería a estar en esta posición", dijo.
"Estaba en plan, ¿quién sabe si puedo estar otra vez en una final? Ahora estoy más seguro de que puedo lograrlo. No significa que tenga que hacerlo, pero es una sensación diferente. Me lo tomo con mucha tranquilidad", añadió.
Fuerza mental
Si Sinner ha madurado en términos de fuerza mental y confianza, también ha mejorado en los últimos 12 meses en otros aspectos, como señaló Medvédev tras su derrota del viernes.
"Falla menos, elige mejor sus golpes. Saca diez veces mejor. Jannik siempre ha sacado bien, pero ahora lo hace a lo grande", dijo.
"En realidad, me pregunto cómo lo ha conseguido, porque el saque no es tan fácil, no es un golpe tan fácil de trabajar, y ahora, sí, su saque es una gran mejora para él", añadió el ruso.
Pero por muy fuerte que sea Sinner, Dimitrov ha demostrado en Miami que no teme a nadie.
El búlgaro llegó a Miami en el puesto 12 del ranking mundial, pero ha derrotado a tres rivales del Top 10 en su camino hacia la final: Hurkacz, el número dos del mundo Alcaraz y en semifinales Alexander Zverev.
Esos resultados significan que la próxima semana volverá a entrar en el top 10 por primera vez desde noviembre de 2018.
La victoria de Dimitrov en Brisbane este año fue su primer título desde 2017 y busca su segundo título de Masters 1000, después de ganar en Cincinnati hace siete años.
Jugador de gran energía e inventiva, Dimitrov dice que lo que más le satisface es la forma en que ha podido encadenar sus grandes victorias en el mismo torneo.
"Creo que la regularidad a la hora de derrotar a los mejores jugadores es para mí un éxito mucho mayor que cualquier otra cosa", afirmó.
"Si haces eso, consigues la clasificación. Si lo consigues, las cosas mejoran para ti. Pero para lograrlo necesitas disciplina, trabajo duro y dedicación".
Necesitará todo eso, y probablemente un poco más, si quiere volver a matar a un gigante el domingo.