"Estamos aquí (en Madrid) casi de regalo, así que feliz de salir a la pista una vez más, para intentar estar lo más competitivo que pueda", dijo el tenista balear tras derrotar al estadounidense Darwin Blanch (16) por 6-1, 6-0 en la primera ronda del Masters 1000 de la capital de España.

Ya en ese partido, el recibimiento en la pista Manolo Santana dejó patente que cada vez puede ser la última que veamos a Rafa en Madrid. Contra Alex de Miñaur (25), el ambiente en la central de la Caja Mágica fue directamente el de un duelo de Copa Davis. Rafa respondió con una actuación soberbia, en la que disfrutó jugando su mejor tenis y venciendo a lo grande (7-6(6), 6-3) ante el número 11 del mundo.

Después del choque con el australiano, abandoné la grada con la sensación de Nadal quiere devolver el regalo a su torneo más especial. Así lo entendió también la gente en los últimos juegos del encuentro y dobló el apoyo para agradecer el esfuerzo de un tipo que ya no tiene que demostrar nada y está poniendo en peligro su integridad física para devolver algo del amor que ha recibido a lo largo de sus 20 participaciones en el certamen.

Y es que el presente para el de Manacor es poder ofrecer un buen nivel sobre la arcilla capitalina durante el mayor número de partidos posible. En ese empeño de regalarse unos sets adicionales del deporte que más ama, está obsequiándonos al resto con un extra de disfrute completamente inesperado del mejor deportista español de todos los tiempos.

Asegurando el futuro

A la vez, para cerrar el círculo, está dibujándole el camino a seguir a Carlos Alcaraz, su sucesor lógico por resultados. La comparación puede ser injusta para el murciano, pero Rafa le está permitiendo ver que, con humildad, esfuerzo y dedicación, lo demás no importa. 

Ahora, viendo el cariño con el que está tratando Madrid al balear en su último baile, Carlitos sabe qué debe hacer, aparte de ganar, para que se reconozcan sus logros cuando llegue el final de su carrera. Por ello, el regalo que está recibiendo Nadal no es, ni de lejos, tan grande como el que nos ha entregado él a todos en estos años de ensueño.