En 29 minutos consiguió poner un 6-1 en el primer set en un encuentro con apenas intercambios, especialmente por los errores del estadounidense, que tenía a su entrenador, Juan Carlos Ferrero, en la pista. Es sólo su segundo partido como profesional en el circuito ATP y le valdrá, seguro, como aprendizaje.
Pero lo que vio pasar fue un vendaval de un Nadal que sacó con más potencia de lo que hizo en Barcelona. Con más confianza en su servicio, y un punto mejor físicamente, el manacorí no tuvo problemas para ganar por la vía directa.
En la segunda manga, aún fue más sencillo para Rafa Nadal, aunque invirtió 36 minutos. Comenzó rompiendo el juego de su rival en la tercera bola de break, confirmó la ruptura con su saque y volvió a romper en dos ocasiones más para cerrar el encuentro con su servicio y poner el 6-0 en el marcador.