La tierra roja es la superficie menos favorita del número dos del mundo a pesar de que el ruso ganó el Masters de Roma en la antesala de Roland Garros. Pero Medvedev lo dejó aún más claro el martes tras perder 7-6, 6-7, 2-6, 6-3, 6-4 ante el brasileño Thiago Seyboth Wild (23), quien procedía de la previa.
"Cada vez que termina (la temporada de tierra batida) estoy contento. Así que estoy contento. Vuelvo a ser feliz. No importa, una vez cuartos, una vez cuarta ronda, muchas veces primera ronda", dijo Medvedev tras ser apeado del torneo francés.
"Hoy, debido al viento y a la pista seca, tenía la boca llena de tierra batida desde probablemente el tercer juego del partido, y no me gusta. No sé si a la gente le gusta comer arcilla, tener arcilla en sus bolsas, en sus zapatos. Los calcetines blancos puedes tirarlos a la basura después de la temporada de arcilla. Quizá a algunos les guste. A mí no".
Medvédev también tuvo una breve discusión con el público de la pista Philippe Chatrier, al que acabó haciendo callar mientras discutía con el juez de silla una decisión sobre una línea de saque.
"Todo fue bien. Lo único que pasó fue que le pedí al árbitro que revisara una marca que, en mi opinión, estaba bastante cerca", explicó.
"Estaba discutiendo sobre dónde veía la pelota, y me abuchearon por ese motivo. Les dije que se callaran y ya está. Porque estaba discutiendo con otra persona, no con ellos, así que deberían callarse en este momento".
Medvédev espera que su rival llegue lejos en el torneo para calmar el dolor de la derrota. "Si sigue jugando así, en mi opinión, a final de año estará entre los 30 primeros. Pero la última vez que dije algo así de alguien, no lo consiguió", dijo con una sonrisa.
"Pero genial para él jugar así hoy. Sinceramente, espero que juegue así más adelante, porque si no, me voy a sentir decepcionado. Me preguntaré: '¿Por qué hoy? ¿Por qué no dentro de dos días?'"