Roma y su confianza antes de París: "No voy a darles los detalles de mis días, pero he estado muy ocupado (risas). No he tenido tiempo de celebrar una verdadera fiesta, pero con mi familia y mi equipo hemos sido muy felices. Esa alegría es una fiesta en sí misma y voy a intentar llevar esa confianza al Abierto de Francia. En el tenis hay buenos momentos. Hay momentos buenos y momentos malos porque ganas un torneo, pero tienes que prepararte para el siguiente rápidamente, no tienes tiempo. También sabes que puedes perder un día y ganar al siguiente.

¿Ganar el Abierto de Francia? No voya presionarme demasiado, pero lo que pasó en Roma fue fantástico. Gané a jugadores fantásticos, Zverev, Tsitsipas, Rune, Zapata Miralles y Ruusuvuori -que jugó tres sets contra Alcaraz en Madrid-; es una sensación fantástica. Quizá tenga más expectativas de lo habitual en Roland Garros, pero sé que puede ser una trampa. Tienes que ser capaz de utilizar esa confianza, pero no estar demasiado orgulloso de ti mismo porque te dices "va a ser fácil" y luego, en la primera ronda, tienes un problema, te enfadas y pierdes un partido. Ya he estado en esa situación muchas veces. Sólo quiero jugar un buen tenis aquí en Roland Garros".

Sensaciones: "Creo que puede cambiar mucho. El tenis es realmente un deporte mental. Hablas con tus amigos y a veces puedes tener supersticiones. A veces juegas bien, a veces juegas peor. Y peores veces, juegas mal antes del torneo, rompes la raqueta, no consigues meter una sola pelota en la pista y luego, llegas, juegas magníficamente".

"Vine aquí, me entrené en la pista central, pero habrá muchos más peloteos que en años anteriores porque la tierra batida es muy pesada, no sé por qué. Me sentí bien en el entrenamiento, quizá no tan bien como en Roma, pero eso no es lo que importa. Lo que importa es cuando empiece el torneo".

"Todo el mundo parece estar de acuerdo en que este año la superficie es más lenta, las pelotas son cada vez más pesadas y es muy duro para el hombro, el codo. Como después de Australia, se dio la misma situación y muchos jugadores la sufrieron. Por supuesto, en el tenis hay que adaptarse. Me entrené dos veces, jugué dos partidos de entrenamiento, y me pareció mucho más pesada que en años anteriores. En Roma, la superficie no era tan rápida y me gustó mucho".

Estado de ánimo: "El hecho de haber empezado bien el año, por no hablar de Australia, me ayuda a tener más confianza en mí mismo y a decir: no me gusta mucho la tierra batida, pero voy a intentar conseguir buenos resultados. En Montecarlo, en cuartos de final, Sasha estuvo genial, contra Holger un poco más duro y lo mismo en Madrid contra Shevchenko. Jugó muy bien, pero conseguí ganar. Tal y como jugó, me habría ganado en Roma".

"Mi estado de ánimo general es mejor este año, porque en años anteriores en Roma no había ganado ningún partido y en Ginebra, donde jugué, perdí en primera ronda. Es la primera vez que llego aquí después de ganar partidos la semana anterior. Es maravilloso. Es una de las primeras veces que estoy un poco menos estresado por la tierra batida. Después, lo que pasa con el tenis es que en cuanto empieza el primer partido, es una historia completamente nueva y no sabes cómo va a ir, si voy a jugar bien o no, si voy a ganar o perder, o si mi rival va a hacer el partido de su vida. Por ahora todo va bien, tengo mucha confianza, voy a intentar tenerla en el torneo y ya veremos el lunes o el martes".