Sara Sorribes (26) sigue de dulce por tierras norteamericanas: lleva tres victorias consecutivas contra rivales (Katerina Siniakova, Veronika Kudermetova y Sloane Stephens) que están mejor ubicadas -y por bastante diferencia- en el ranking de la WTA. Ha ganado todos los partidos por la vía rápida, en dos sets, y en ningún caso ha tenido que llegar al duodécimo juego. Eso le permite llegar sin mucha fatiga a las semifinales. Su oponente, sin embargo, no necesitó siquiera competir ante Anhelina Kalinina y, por tanto, sólo ha disputado un par de encuentros -ante Varvara Gracheva y Leylah Fernandez-.
Salvo algún tramo concreto, no hubo casi emoción en el duelo entre la estadounidense y la castellonense, ya que se resolvió en apenas una hora y cuarto. Aunque esta última llegó a perder el servicio una vez en la manga inaugural (cuando ya vencía por 0-4), ganó de forma muy contundente (1-6) después de que Stephens fuera incapaz de hacer bueno su saque en sus tres servicios. Con el doble de puntos ganados (de 14 a 28), el desenlace no podía ser otro, o parecido, que este.
Mucha más intensidad se vio en el segundo set, ya que empataban a tres tras un inicio errático marcado, especialmente, por las siete roturas consecutivas entre ambas, algo muy complicado de ver. Sorribes desperdició dos bolas de partido, pero no falló en la siguiente y selló el triunfo por 3-6. Uno de los datos más llamativos deja en muy mal lugar a la tenista de Florida, ya que sucumbió siempre que sirvió. Es prácticamente imposible ganar así.
La flamante semifinalista del torneo de Cleveland habló tras su victoria y se mostró algo incrédula por, no sólo haber sido capaz de vencer, sino la forma en la que lo había logrado. "No puedo creer que lo haya hecho tan bien. Es un jugadora muy buena. Creo que jugué muy bien las bolas largas y sin cometer muchos errores. Cada vez que tuve mi oportunidad, fui a la red y, no sé, de verdad que estoy sorprendida", comentó con una sonrisa en el rostro.