Antes de cruzarse con Francia, Italia tenía otra montaña que escalar. Nueva Zelanda, frustrada por su derrota inicial ante los Bleus, buscaba tomar impulso de cara a los cuartos de final. Y devolver a la realidad a los transalpinos, que soñaban con una clasificación histórica.

Pero se pusieron las pilas al cometer un in-avant en su propia 22 casi desde el principio. Los All Blacks empezaron a hacer su magia, desgastando a la defensa italiana y acabando por encontrar una abertura al final de la línea por medio de Will Jordan, perfectamente colocado a sus pies (7º). Pero los italianos no se rindieron, pasaron tres puntos y se mostraron amenazadores. Entonces, los delanteros hicieron su trabajo y lanzaron un demoledor grupo desde el punto de penal, para hacerlo aún más contundente por mediación de Aaron Smith (14-3, 18º).

Y el golpe en la cabeza fue real. Desde el rebote, Ardie Savea arrasó con la primera línea, y 60 metros más adelante, Mark Telea aumentó la cuenta, antes de que el propio Savea sumara, permitiendo a los Blacks reclamar el bonus ofensivo en 23 minutos. Pero la embestida no se detuvo, y Aaron Smith aumentó su cuenta al romper detrás de un ruck. Luego anotó un hat-trick, siguiendo a Jordie Barrett a la perfección mientras rompía la defensa. Los Blacks no mostraron signos de desaceleración y presionaron hasta después de la sirena, permitiendo a Savea anotar dos veces. Al descanso, el marcador erade 49-3.

Inevitablemente, la segunda parte prometía carecer de verdadero interés. Los italianos estaban desesperados por salvar su honor, y se emplearon a fondo para conseguirlo. Su dominio se vio recompensado con un ensayo de esquina de Ange Capuozzo (49'). Sólo para recordarles la magnitud del marcador, los Blacks añadieron inmediatamente otro a través de Brodie Retallick, que capitalizó un contraataque de Jordie Barrett. Fue una demostración, y Dalton Papa'ali entró en acción, aprovechando el trabajo de un Mark Telea todavía impresionante.

Era el momento de que la Squadra Azzura llegara a su fin. Dan Coles aprovechó una combinación en touch para hacer humo a una defensa cadete, y luego McKenzie, que acababa de entrar, se fue por encima para marcar un try. Luego fue el turno de Will Jordan para añadir a la humillación, luego Coles de nuevo, luego Lienert-Brown - la copa estaba llena. El último ensayo de Monty Ioane no marcó la diferencia, y al final Nueva Zelanda ganó 96-17 para mostrar su verdadera cara. Los All Blacks se enfrentarán sin duda a Irlanda en cuartos de final, y el duelo promete ser real.