El Barcelona quiere liderar en solitario y vencer al Real Madrid, el eterno rival, en el Santiago Bernabéu. Los de Xavi Hernández están ofreciendo un gran rendimiento en la competición regular, al contrario que en la Champions League. Entre las paradas de Ter Stegen y los goles de Robert Lewandowski, los azulgranas se encuentran en una gran situación en LaLiga Santander, todavía sin conocer la derrota.
De entre las diferentes sinergias que se han formado en la plantilla actual, una de las que más destaca es la formada por Pedri y Lewandowski. En principio, más allá del fútbol, son dos personas con escasos aspectos en común. El primero nació en 2002, ya en el siglo actual, y el delantero lo hizo en 1988. Son, por tanto, 14 años de diferencia entre uno y otro. El ex del Bayern Múnich ya marcaba goles -en edad de formación- cuando se rompía el cordón umbrilical de su compañero.
Nada tiene que ver tampoco Tenerife con Varsovia: del sol casi permanente de Canarias al frío habitual del noreste de Europa; del archipiélago, bañado por el mar en cada uno de sus rincones y con el Sáhara Occidental a una distancia parecida de la que se encuentra Berlín de la capital polaca, a una capital que se encuentra ubicada en un lugar estratégico del continente. Formas diferentes de crecer y de madurar, separados también por dos idiomas sin similitud alguna, pero unidos por un lenguaje que es internacional: el fútbol.
Pedri, encantado con Lewandowski
Son habituales las imágenes, tanto en los entrenamientos como en los partidos, en las que Pedri y Lewandowski comparten una conversación, un abrazo o algún gesto de cariño. Fuera del campo, pese a ser perfiles radicalmente opuestos a priori, parecen haber encajado también. Dado que suelen coincidir casi siempre sobre el verde, es frecuente ver al canario como uno de los primeros en acercarse a él cuando celebra un gol.
"Te lo puedo decir yo o cualquiera. Todo el mundo ve los goles que hace y todo lo que nos aporta. Es un orgullo poder jugar con él", decía el internacional español en rueda de prensa durante la última concentración con La Roja. El ex futbolista de la Unión Deportiva Las Palmas suma dos tantos en los ocho partidos ligueros que ha disputado en el curso actual con la camiseta del Barça, uno menos del total anotado durante la campaña 2021/22.
En la misma línea, Pedri volvió a hablar sobre el ariete este mismo martes: "Es un auténtico crack. Él tiene mucha experiencia en partidos de este tipo y nos puede ayudar muchísimo. La calidad que tiene para hacer goles es una auténtica locura. Desde el primer día nos ayuda a los jóvenes para que mejoremos mucho y se le agradece que sea una persona tan normal con todo lo que ha ganado".
Un vínculo al que le falta el gol
Pedri ha sido partícipe en varios de los tantos que ha anotado Lewandowski -el delantero suma ya 14 goles en 12 partidos- en lo que llevamos de temporada, principalmente porque es un jugador que participa mucho en las acciones ofensivas y de creación del Barcelona. Sin embargo, todavía no se ha dado ninguna jugada en la que alguno de los dos haya asistido (pase definitivo) al otro. De hecho, el canario todavía sigue esperando para dar su primera asistencia del curso.
En los dos goles marcados por el centrocampista, tampoco el punta ha sido el encargado de darle el balón en última instancia. El Bernabéu, en cambio, se presenta como un escenario ideal para que ambos saquen a relucir su mejor nivel, el que ya estamos viendo durante estos dos primeros meses de competición, y, además, puedan certificar esa conexión palpable tanto dentro como fuera del campo a través de un gol concreto... y ante la afición del eterno rival.
Para Xavi Hernández, aparentemente, el grado de importancia de Pedri y Lewandowski (el ex del Bayern no marcó en las derrotas ante Inter y Bayern ni en el empate frente al Rayo, los tres pinchazos de los de la Ciudad Condal) es el mismo. Un buen ejemplo de ello es que ambos se quedaron en el banquillo -la única vez del polaco desde que llegó al Barça- frente al Cádiz en una declaración de intenciones del catalán, que optó por las rotaciones para el Nuevo Mirandilla (fue el estreno de Piqué, inédito hasta entonces).