Depay finalizaba su compromiso con el Barça el próximo 30 de junio y no iba a renovar una vez comprobado que Xavi no contaba con él como titular. Y aunque el entrenador azulgrana no quería deshacerse de él en el mercado invernal en previsión de posibles lesiones y sanciones, al final dio su brazo a torcer teniendo en cuenta la necesidad del club de hacer caja y quitarse de en medio un alto salario.
En el Atlético, una vez liberados los sueldos de Joao Félix y Cunha, más las respectivas primas por sus cesiones, lo que se necesitaba era materia prima, al menos un delantero que paliara esas bajas y pudiera ayudar desde ya con la falta de gol. Y ahí encajaba a la perfección Memphis, un delantero que viene de jugar el Mundial como titular con Países Bajos con buenas actuaciones, y con experiencia al más alto nivel. Eso sí, corto de preparación en LaLiga, donde no juega desde el 17 de septiembre, cuando anotó un gol ante el Elche, el último como azulgrana. Posteriormente, se lesionó con la Oranje y con ella reapareció en Catar.
Para Memphis Depay, el cuadro madrileño era una buena alternativa por seguir en un grande, aunque esta campaña no juegue más en Europa, y por el espacio que se supone que encontrará y que se le negaba en el Camp Nou. El Atleti, por su parte, concreta un arma de gol.
Memphis sigue el camino de otros jugadores que han terminado vistiendo la casaca rojiblanca procedentes de Can Barça, como el caso de Luis Suárez, que ganó una Liga con el Atleti, y Griezmann, la actual estrella de la plantilla que dirige Diego Simeone.