Y eso que, como ha reconocido, "la kryptonita de esta moto es Austria". Pero tal es su confianza que se muestra dispuesto a demostrar su nivel de pilotaje. 

"Creo que hemos hecho un paso muy importante en electrónica y en tracción respecto al año pasado y lo demostramos desde Austin. Cuando la Aprilia tiene tracción y yo tengo un buen día, somos súper rápidos. Se vio en Argentina la diferencia, se vio en Assen, en Silverstone", ha comentado Aleix Espargaró. 

Todo lo contrario que piensa Álex Márquez, vencedor de la carrera sprint de Gran Bretaña, y que no lo ve claro en el Red Bull de Spielberg. "No es un circuito tan favorable a mi pilotaje como, por ejemplo, lo fue Silverstone, que me gusta muchísimo y es de mucho 'flow', pues aquí sufro un 'pelín' más, sobre todo en alguna parte, pero la moto ayuda", ha admitido antes de reconocer que hay un hándicap más. Y es que "hay ocho Ducati".

Perfil bajo de un octacampeón mundial

Su hermano mayor, Marc, no piensa ahora mismo en las victorias sino en mantenerse en pista y recuperar sensaciones. "Lo afronto con perfil bajo y a ver dónde podemos llegar. Hay que ir trabajando y cogiendo esa confianza que nos hace falta hasta lograr el disfrute encima de la moto, sin ver los resultados, y luego intentaremos que lleguen".

El que arriesgará todo lo que pueda y más es Jorge Martín, quien está luchando por el título. Eso sí, los errores están prohibidos. "Estoy muy concentrado en no cometerlos, en intentar encontrar las buenas sensaciones desde el principio y, sin intentar volverme loco con la moto, adaptarme al circuito sobre todo".

Sobre su gran rival por el Mundial, Pecco Bagnaia, Martín ha reconocido que no puede fijarse en él. "Me volvería loco, tengo que pensar en mí, y todo depende de mí ahora mismo, tengo que dar mi ciento por ciento".