Al circuito de Assen siempre le han llamado “La Catedral”. El trazado neerlandés es un icono del motociclismo y la afición no falla nunca, igual que en los Grandes Premios que se celebran en España. Cada fin de semana con motos en pista es una fiesta. Allí llegaba con la moral por las nubes Jorge Martín tras ser el protagonista principal en Alemania hace siete días, ganando la carrera corta y la larga, pero el madrileño se fue al suelo en la Q2. 

Por suerte para él, quedaba mucho para que la tanda finalizase y le dio tiempo a llegar al box de su equipo y coger otra moto. Enseguida se vio que el percance le había descentrado y no podría estar con los mejores. El décimo puesto para él sabe muy amargo, especialmente tras su fin de semana victorioso en Sachsenring. 

Aleix Espargaró fue el mejor español. Saldrá en la sexta posición, justo por delante de Maverick Viñales. Alex Márquez, noveno, precederá a Jorge Martín. Tendrán una misión muy complicada para intentar evitar la fiesta italiana en Assen. 

En cuanto a Marc Márquez, definitivamente este no es su año. En la Q1 volvió a caerse, pero esta vez no fue por forzar su moto para intentar ir más rápido. Llevaba delante a Bastianini, que ralentizó el ritmo y miró hacia atrás, Marc iba pegado a él, no demasiado concentrado, con la mirada puesta en otro sitio, y no pudo esquivarlo. En el box de su equipo se llevaron las manos a la cabeza. Otra vez quedaba fuera de la lucha con los mejores, aunque también habría tenido muy difícil, en cualquier caso, acceder a la Q2.

El ocho veces campeón del mundo saldrá decimoséptimo, con una moto poco fiable y malas sensaciones. Otra vez. Más que fichar nuevos ingenieros, el de Cervera va a necesitar un exorcista para salir del negro y largo túnel en el que está metido.